Sin embargo, esto no terminaría con la incertidumbre de familiares y camaradas. En el resto de las tumbas que no son objeto del plan, podría haber esqueletos que no se corresponden con el nombre que aparece en las fosas y que incluso podrían estar vacías, se indica en TN.
Si se compara la lista elaborada por el coronel británico Geoffrey Cardozo -que efectuó el traslado de los cadáveres hallados en diferentes cementerios civiles, enterramientos y campos de batalla en 1983- con un relevamiento actual del camposanto, se advierte que hay tumbas que según las planillas confeccionadas por el militar estaban vacías y en cambio llevan ahora en la lápida el nombre de un combatiente argentino.
En algunos casos, incluso, la enumeración de Cardozo incluye en una ubicación determinada dos cuerpos de soldados desconocidos. En cambio, lo que se aprecia sobre el terreno en Darwin es que lleva los nombres de cinco hombres identificados.
Las conclusiones a las que llegó la periodista Alicia Panero del sitio Anticipo 24 coinciden con las de la organización de veteranos CECIM. "Nosotros tenemos esos documentos hace mucho tiempo. Los comparamos, entrecruzamos los datos y llegamos a la misma convicción", dice Ernesto Alonso, integrante de la agrupación.
La labor de la Cruz Roja y de integrantes de Equipo Argentino de Antropología Forense no podría contribuir a resolver este enigma. El estricto protocolo firmado antes de comenzar la operación identificatoria establece que solamente abrirán las tumbas que no tienen nombre. Las que lo poseen -aunque podría estar equivocado o directamente no albergar ningún cuerpo- no se intervendrán.
El lunes próximo, el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj recibirá cerca del mediodía a una delegación de excombatientes y familiares para tratar la cuestión.