

Según lo previsto, en el cementerio una banda militar le rendirá los honores correspondientes a un exjefe de Estado, y el cuerpo de Granaderos recibirá el féretro y lo trasladará hasta su morada final.

Durante la mañana, en el Salón Azul, donde se lleva a cabo el velatorio, se realizó un responso con un sacerdote católico y un religioso musulmán para despedir al expresidente.