Para lograr este análisis en el recién nacido, Vitor propone cambios a la ley 9840 provincial de pesquisa neonatal, en la que además de sumar la detección de drogas a las patologías que ya contempla la norma, determina que los datos obtenidos de los estudios realizados son confidenciales y sólo se pueden utilizar con fines exclusivamente sanitarios al tiempo que faculta a los médicos tratantes a interrumpir la lactancia materna cuando la pesquisa neonatal arroje resultados positivos frente a la presencia de estupefacientes.
En forma simultánea, el legislador propone que se instrumente un modelo interdisciplinario de atención de la madre, tendiente a concientizarla sobre los efectos nocivos que en su salud produce el consumo de sustancias, tales como, drogas, alcohol y tabaco; y a través de la lactancia materna, los daños en la salud que se producen en el recién nacido, como facilitarle a la madre la medicación que permitan la suspensión y/o inhibición de la lactancia materna y suministrarle a su vez leche maternizada de origen industrial, que para estos casos deberá encontrarse disponible en todos los hospitales y centro de salud de la provincia.
En los fundamentos de la propuesta de ley, que aún no se ha presentado en la Cámara de Diputados, menciona Vitor la problemática del consumo de drogas atraviesa, también, a mujeres embarazadas y madres que amamantan niños y las tremendas consecuencias que pueden acarrear para la salud del recién nacido, al que puede ocasionarle, incluso la muerte.
Citó, como ejemplo, un caso reciente, en el que la asistencia hospitalaria de un recién nacido detectó la presencia de restos de drogas en su metabolismo y en el de sus padres.
La propuesta de ley apunta a colaborar en el contenido de la norma provincial vigente en vistas a configurar un cuadro integro de prevención y atención de enfermedades en los recién nacidos con la finalidad de evitar y/o brindar un tratamiento efectivo a las consecuencias dañosas en la salud de menores recién nacidos que son producidas por el consumo de estupefacientes por parte de sus progenitoras durante la etapa de gestación, puerperio y, en general, durante los primeros dos años de vida de la persona que es usualmente el periodo de lactancia.
