



Los oriundos de Corrientes habían llegado a Cerrito hace unos 40 años a cumplir tareas de hacheros, para lo cual solo podían obtener dinero merced a la venta de leña, ya que la madera que se preparaba del monte quedaba en poder del dueño del campo.
De acuerdo a lo que explicó el funcionario policial, estos adultos mayores, “cuando llegaron al lugar, trabajaron como hacheros, porque fueron quienes desmontaron la zona y después quedaron viviendo en lo que sería una tapera, prácticamente, desde la década de los ´80”.

“El empleador fue identificado y los datos están en manos de la Justicia Federal”, acotó al respecto. El titular del emprendimiento productivo deberá enfrentar la violación a la normativa laboral y aclarar por qué los trabajadores rurales vivían en condiciones indignas y de trata laboral.
El dueño del campo, hace 40 años atrás, había llevado a este matrimonio a trabajar al lugar para realizar tareas de desmonte; en un principio le abonaba un dinero por changas, pero posteriormente dejó de pagarle. La vivienda, que pertenece al productor, es tipo tapera con techo de chapa, por dentro de paja y por encima cubierta por nylon de silobolsa, piso de tierra, con ventanas sin vidrios. No poseen baño, no tienen luz eléctrica ni agua potable, se abastecen de un molino que se encuentra a dos kilómetros del lugar, la cual es buscada caminando con la ayuda de un caballo.