
Estaba acusada de vender cocaína en su casa de calle Combatientes de Malvinas junto a otra mujer. En el procedimiento, Bernal volvió a meterse bochitas de droga en la boca para esconderlas. Eran 56 envoltorios que pesaron 25 gramos. Su cómplice, en tanto, tenía cuatro más.
Por otra parte, se supo que ambas tenían en la casa 274.340 pesos.
Tras ser detenida, en abril Bernal acordó una nueva pena con prisión efectiva por tres causas de comercio de cocaína y por una balacera en Paraná. Son las cuatro causas que acumulaba desde hace dos años.

Cuando fue indagada acerca de la venta de droga junto a Bernal, aseguró que ella no había tenido contacto con los estupefacientes en ese allanamiento.
En la audiencia, relató: “Me vinieron a revisar al baño arriba de todo el despelote de ropa que había, porque era un desastre de ropa. Yo me paré ahí y la chica me dijo si me podía sacar lo que tenía en el bolsillo. Saqué plata, porque Claudia me había hecho el favor de comprarme un par de ojotas para mi nene y yo le tenía que devolver la plata. Me preguntó si no tenía más nada y le dije que no, pero en el otro bolsillo yo tenía una cadenita que me había sacado. Se la muestro y me dice que se me cayó a mí un envoltorio azul, arriba de toda la ropa. Lo levanté y no sé de dónde salió. Era un envoltorio grande, si yo lo hubiera tenido se notaba en el bolsillo del jean”.

Y agregó: “no obstante, todas las tareas de inteligencia previa, dieron cuenta que en ningún momento se vio a la señora Lovera salir afuera del domicilio o atender gente a través de la venta, como sí a la señora Bernal. No tenía participación alguna en el reparto de lo producido en dicho negocio. Recibía un sueldo como empleada doméstica”.
“La atribución que se le hace a la señora Lovera es la comercialización de estupefacientes, pero en carácter de partícipe secundario”, indicó. Elonce.com