La audiencia de este miércoles fue solicitada por su abogada defensora, Mariana Barbitta, quien pidió a los jueces que revoquen la resolución de la Cámara de Casación Penal de Paraná que el 4 de mayo de este año rechazó el pedido de excarcelación. Barbitta advirtió que la sentencia no está firme y que por ello el arresto efectivo no puede prosperar; y reclamó que se posibilite que su defendido continúe su arresto en un domicilio ubicado en calle Santa Fe, a 400 metros de los Tribunales, en donde pueda estar más tiempo en contacto con su pequeño hijo de 6 años –que tuvo con una anterior pareja-.
La discusión se desarrolló con los cuidados de rigor, teniendo en cuenta que se puso sobre la mesa la situación del pequeño: se pidió a la prensa que no filme ni grabe la misma y que sólo se proceda a registrar lo que se dijo de forma analógica, preservando la identidad del chico y otros datos.
Precisamente, uno de los argumentos de la defensa para solicitar la prisión domiciliaria de Christe fue que la prisión efectiva afecta al niño debido a que no tiene el suficiente contacto con su padre. Ello fue fundamentado con un informe psicológico y con el expreso consentimiento de la madre del chico.
La Fiscalía y la querella pidieron rechazar la domiciliaria y sostuvieron que existen riesgos de fuga, ya que cuenta con una hermana viviendo en el exterior. El argumento también fue planteado en el juicio. Además, señalaron que el niño cuenta con contención. En tanto, el Ministerio Pupilar se opuso a la petición bajo este último argumento.
En la sala estuvieron los vocales del STJ Martín Carbonell, Miguel Ángel Giorgio y Claudia Mizawak, en su rol de presidenta del proceso. Por la Fiscalía participó el fiscal Ignacio Aramberry, quien llevó adelante toda la investigación penal contra Christe; la abogada Corina Beisel, junto a Ana Brugo, madre de la víctima Julieta Riera; la abogada defensora Barbitta; el condenado-imputado; y Juan Barrandeguy, representante del Ministerio Pupilar, que vela por los derechos de los niños.
La defensora Mariana Barbitta, y su defendido, Jorge Julián Christe.
También asistieron familiares de Christe, entre ellos su madre, la exjueza Ana María Stagnaro; la expareja del condenado con quien tiene un niño de 6 años; el abogado Patricio Cozzi, quien participó como veedor por el Colegio de la Abogacía de Entre Ríos (CAER), a pedido de la defensa y el abogado Guillermo Vartorelli, relator de la Sala Penal del STJ.
Tras oír a las partes, la vocal Mizawak posibilitó que Christe se exprese sobre el asunto en discusión, aunque éste fue más allá y respondió a lo expresado por el fiscal y la querella en cuanto a los elementos existentes para considerar su culpabilidad y el riesgo de fuga: “Esto lo hago por mi hijo. Y quiero aclarar que yo no maté a Julieta, eso fue un accidente. No soy una persona peligrosa. Acá es distinto, no es que alguien mató a otra a puñaladas, yo vi cuando ella se caía para atrás. Vi sus piernas. Hace dos años estoy detenido y ni siquiera he podido ir al cementerio a dejarle una flor a quien amo”, manifestó y agregó que, si se le concede el beneficio, está dispuesto a utilizar tobillera electrónica.
A su vez, le respondió a la Fiscalía y la querella, que al alegar hicieron referencia a que el día del hecho habría intentado entorpecer la investigación –mencionaron especialmente que le dijo a la policía que se había caído su suegra-. “En un caso así es muy difícil saber cómo reaccionar. Lo primero que hice fue avisarle a mi madre. Y a la policía le dije que se había caído mi novia, no le dije mi suegra, yo no uso esa palabra. Es un invento eso”, dijo.
“También quiero pedir que se anule el veredicto. No sé si es el lugar donde decirlo. Pero si tuviera que entrar en detalles tendría que escribir un libro”, completó.
Finalmente, los vocales pasaron a discutir si concede o no la prisión domiciliaria. (Fuente: Entre Ríos Ahora)