Policiales Funesto alud en Mendoza

Impactante testimonio tras tragedia: "Intentamos sacar las piedras con las uñas”

Se conoció el crudo relato de dos de los vecinos que rescataron a una mujer de 48 años y a una joven de 17, únicas sobrevivientes de la tragedia que enlutó a Mendoza durante las últimas horas.
La feroz tormenta desatada durante la noche del miércoles dejó como saldo una triste tragedia: dos niños, Maku Caliva(6) y Alika Anir Caliva (11), y su papá Óscar Alfredo Caliva (43) fallecieron luego de ser arrastrados en su auto por la corriente que generó la lluvia en la zona mendocina de Potrerillos.

Solo dos personas lograron sobrevivir de tamaño suceso. Anaquil Vanina Gómez de Olivera (38) y su hija más grande Kiara Caliva (17). Para ello, vecinos de la zona participaron del rescate de ambas mujeres y revelaron detalles estremecedores de lo ocurrido.

Uno de ellos es Sebastián Gualda, quien habló del dramático momento que vivieron tratando de ayudar a la familia y dijo que “la señora llamaba a sus hijos”. “Intentamos hacer lo posible con los vecinos. Fue un momento muy angustiante”, dijo Gualda a Canal 9 de Mendoza.

Ariel Rodríguez, veterano de Guerra, también participó del rescate de las víctimas del alud en Potrerillos. El hombre fue parte de un grupo que hizo lo que pudo para sacar a las personas y relató lo viviendo en esta tragedia.
”No recuerdo bien a qué hora fue, pero creo que alrededor entre las 22 y 23. Yo bajaba a buscar a mi hija que había quedado del otro lado de uno de los badenes, a la altura de la toma río Blanco que es el primer badén subiendo desde Potrerillos hacia arriba, y como quedó varada tuvo la luz en ese momento de no querer pasar en el primer badén”, comenzó diciendo.

Y continuó: “Al ratito que decide no pasar viene un aluvión con intensa agua, se transformó prácticamente en un río más, arrasando con todo. Ella zafó y me llama y decido bajar para ver qué pasaba, cuando bajo, hay otro badén subiendo a la altura, una bifurcación hacia el Salto y otro a las Vegas, es un pequeño badén, un pequeño puente denominado río seco, nunca pasaba nada, ni una gota de agua pero cuando estamos en esta época sí”.

Al llegar a la altura del badén, el hombre observó a un chico en moto y otro vehículo más estacionado con balizas. “Pregunté qué pasaba para ver si yo podía pasar, porque habían muchas piedras y corría bastante agua. Uno de los chicos que estaba ahí me dijo que había un auto caído en forma perpendicular respecto al puente. Otra persona gritó que había niños atrapados y bajé para ayudar a las otras personas que ya estaban ayudando”, señaló.

”Era impresionante, era una catarata de agua que caía sobre el auto. La mujer estaba viva y había otra chica como agonizando, una de las más grandes”, continuó.

”La primer criaturita estaba literalmente enterrada. Las que estaban atrás estaban enterradas, compactadas con piedras grandes, arena, barro, era tremendo. Tratamos de sacar las piedras como pudimos, con uñas y toda la garra. Después de una hora casi los sacamos”, concluyó.

Ariel Rodríguez se quejó de la falta de obras e infraestructura para prevenir este tipo de tragedias. “Hay obras que no se hacen para minimizar, por ejemplo en ese puente no hay un guardarrail. No sé si le hubiera salvado la vida a esta gente pero hubiera contenido al auto. En alta montaña no podes tener badenes y más con la cantidad de agua y no es solo eso, es todo lo que podes imaginar, piedras, barro, palos. Esta gente fue sepultada al 50% del cuerpo”, expuso.

Y siguió: ”Uno hace lo que corresponde, en mi vida aprendí eso, yo soy veterano de guerra. A mí me nació pero no fui el único, habían más chicos que estaban a la par mía, sin elementos, sin herramientas, simplemente con uñas, con garras, la garra de no quebrarse, es actuar como deberían hacer muchos”.

Los Andes.
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