El joven dio cuenta de la relevancia que tendría hallar el celular de la víctima, puesto que “ahí debe tener el contacto con la persona que se iba a encontrar. No sé si esa persona será responsable o si habrá sido engañado con el nombre de la misma. Tampoco se sabe si él fue al lugar o si dejaron el auto ahí para despistar”. En ese marco, confirmó que Gonzalo “cambiaba dólares eventualmente con personas conocidas o de confianza. Su ingreso principal era que trabajaba en la parte contable de una empresa constructora, a donde ingresó cuando era estudiante, varios años antes de recibirse”.
Interrogado sobre la procedencia de las divisas, comentó que “comenzó con lo que tenía, con plata ahorrada, pero no sé mucho más que eso”.
Además, expresó que “en el informe preliminar de la autopsia no nos dieron precisiones” sobre el lugar en el que lo asesinaron. Recordó que el miércoles a la siesta habían intercambiado mensajes en el grupo de la familia. “Con la novia, es la última con la que habló. Ella es médica, estaba trabajando y le comentó que se iba a hacer un cambio y que después hablaban, pero sin indicarle preocupación o algo en particular”. “Estoy orgulloso de cómo la gente lo quería a Gonzalo”, expresó sobre el gran movimiento que generó en principio su desaparición y la posterior conmoción que causó el deceso.
Lucas Calleja lamentó que “nada volverá a ser lo de antes”, pero admitió que saber lo que sucedió “quizás calme algo el dolor”.
“Es raro, el auto estaba cerrado y no había nada revuelto. Adentro ni afuera había ningún indicio. Las pertenencias de Gonzalo no aparecieron, que son el celular, la billetera, las llaves del auto y una mochila negra que ha tenido con él”, completó en declaraciones a Radio La Voz.
