El delito se había cometido en San Miguel, una ciudad de la zona noroeste del Gran Buenos Aires. Los delincuentes, en su escape se encontraron con un inesperado obstáculo: chocaron contra un colectivo.
Producto del impacto, quedaron tendidos sobre el asfalto y fueron inmediatamente detenidos por personal policial que había sido alertado sobre el ilícito a través del 911.
Los dos ladrones, tras embestir en un lateral a un interno de la línea 440, fueron primero derivados al Hospital Larcade para constatar su condición de salud y de inmediato quedaron a disposición de la Justicia.
La secuencia de la fuga fallida quedó registrada en el sistema de monitoreo Ojos en Alerta, que cubre el municipio con cámaras de seguridad y se conecta con la Policía Bonaerense.