Los otros ocho rugbiers que sí están detenidos (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz) serán juzgados por "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas".
La decisión fue tomada por una serie de nulidades que habían sido planteadas por la defensa, aunque la decisión fue resuelta por mayoría y no de manera unánime.
Los acusados, que renunciaron su derecho a un juicio por jurados, se enfrentarán para su defensa a un tribunal colegiado en Dolores con fecha a definir.
Según consta en el pedido de elevación a juicio, el asesinato de Báez Sosa "estuvo planeado y hubo una división de roles para atacar a traición".
"Existió una división de roles, cinco de ellos participaron del ataque con violencia física contra Fernando mientras que otros tres se dedicaron a bloquear la defensa que podría haber salvado a Fernando, separando y golpeando a sus amigos, sin un policía a la vista", se indicó.
"Una vez en la calle, para ejecutar el plan, los ocho rugbiers se dividieron: cinco de ellos (Thomsen, Ciro Pertossi, Comelli, Benicelli y Cinalli) fueron a buscar a Fernando, lo tomaron desprevenido y de espaldas" y "comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo".
Cuando el joven de 18 años cae al piso, y "aprovechándose aún más de esa situación de indefensión", proceden a darle un golpe brutal, una patada que le provocó su deceso en forma casi inmediata, al causarle "un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo", aseguró semanas atrás el fiscal general de Dolores, Diego Escoda.
NA