Mientras los funcionarios estaban trabajando en el lugar, el dueño del taller alegó sospechar de su otro hijo. Por tal motivo, los uniformados dialogaron con esta persona, quien al cabo de unos minutos reconoció haber sido el autor del hecho y entregó en forma voluntaria la suma de U$S3.600 y $30.000.
Relatado lo sucedido al fiscal, éste dispuso la entrega del dinero al padre y que se identifique al autor del robo, el que quedó supeditado a la causa.