
Este es el salvaje resumen de las torturas a las que fue sometida Sara, una mujer de 93 años de la localidad bonaerense de Bernal, durante un asalto ocurrido dentro de la fábrica de la que es dueña y que se ubica en el mismo predio en el que está su casa. Debido a la violencia del ataque, la víctima permanece internada en grave estado y según dijo Alejandro, su hijo, "pelea por su vida".Todo ocurrió el pasado 2 de enero en horas de la madrugada en la calle Cerrito al 700, entre Dardo Rocha y Falucho. De acuerdo con lo que pudieron reconstruir los familiares, al menos dos delincuentes sorprendieron a la mujer mientras dormía y a punta de golpes y amenazas comenzaron a preguntarle dónde estaban los dólares que supuestamente tenía. La torturaron durante más de una hora al ver que Sara no les daba lo que estaban buscando por el simple hecho de que ni en su vivienda ni en la fábrica había dinero. Por lo menos no el que ellos creían. Pero eso no fue suficiente y los ladrones, que ingresaron a la casa por un ventiluz, continuaron el barbarie.
"Esta saña no se ve ni en las películas de terror", dijo Alejandro en diálogo con TN, quien además reveló que los delincuentes apenas se llevaron "pocos pesos y unas chucherías de oro". Primero revolvieron todo en la vivienda de la mujer y al ver la fábrica ubicada a pocos metros arrastraron a Sara: se trata de una pequeña empresa familiar, en la que elaboran el tejido para las bolsas de cebolla.
Una vez adentro, en medio de las máquinas, tomaron a la víctima del cuello y la movieron por todo el lugar. En un momento, incluso, amenazaron con matar al perro de la propietaria y dos loros que tiene hace más de 30 años. Estaban dispuestos a todo y por poco la matan.

"Al final, cuando ella les dijo que hicieran lo que quisieran porque no tenía más nada, le dijeron que iban a amputarle tres dedos", recordó el hijo, quien en medio de lágrimas, resaltó que además de ser su madre, Sara "es una compañera dentro de la empresa". De hecho, según dijo, la mujer es la encargada de liquidar los sueldos de los empleados y es la que administra algunos aspectos de la fábrica. Pese a su edad se muestra muy activa y desde hace 55 años es muy conocida en el barrio.
Luego de que pasó más de una hora y se acercaba la hora de ingreso de los trabajadores, Sara les pidió a los delincuentes que cuando llegaran no les hiciera nada. Este dato, al parecer, los tomó por sorpresa y finalmente decidieron escapar. La dueña de la empresa, mientras tanto, quedó seriamente herida y luego fue trasladada a un hospital de la zona donde aún pelea por su vida. "Mi mamá les dijo que le hicieran lo que quisieran pero que no lastimaran a los chicos que iban a entrar a trabajar", agregó.

El hecho es investigado por la fiscal Karina Gallo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 del Departamento Judicial Quilmes, quien dispuso una serie de medidas para dar con los autores. Por lo pronto, fuentes con acceso al expediente indicaron que la causa fue calificada como robo agravado.