

Su hija mayor contó que la violencia estaba presente desde hace un tiempo en la relación: "Hace un año nos venía dando advertencias de lo que estaba pasando pero no quería que nos involucremos por miedo a que nos pasara algo", explicó.
Ese día, la hija de la víctima estaba en su casa cuando recibe el llamado de Sebastián, la pareja de su madre: "Che Bebi, ¿te podés llegar? Tu mamá está prendida fuego", le dijo al teléfono. De fondo se escuchaban los gritos de desesperación de su madre.
Inmediatamente acudió a la casa, donde ya se encontraba la policía que había sido advertida por los vecinos. Cuando llegó, la vio: "Estaba envuelta en una toalla y él la tenía abrazada. Cuando ve la policía me empieza a insultar y a decirme que me vaya", relató.

Todo transcurrió frente a los ojos de una niña de 4 años hija de ambos. "Mi mamá me pedía que me la llevara y él me decía que no, que a su hija no la tocara", contó Patricia, quien, al llegar la ambulancia le preguntó a su hermanita qué le había pasado a su mamá: "Me dijo que estaba prendiendo un cigarrillo y que el padre le tiró alcohol".

En los 7 días que Gabriela estuvo internada en el Instituto del Quemado, fue su pareja, el mismo hombre sospechado de femicidio, quien era el encargado de recibir el parte médico. "Él nos dijo que en todo momento mi mamá estaba estable, que estaba bien, nunca nos dijo que estaba en terapia con respirador y que se estaba muriendo", explicó Patricia, quien indicó que también le dijo que le estaban por dar el alta.
"Solo quiero que se haga justicia por lo que le pasó a mi mamá y que mi hermanita esté con nosotros".