

En los fundamentos de la sentencia, Pablo Vírgala sostuvo que Caminos fue encontrado culpable de un delito que con mayor severidad castiga el código penal; y no es para menos, desde que se trata de la siega de la vida de otro ser humano.
En primer lugar, el magistrado destacó un dato que consideró relevante: "Caminos llevaba en su motocicleta a Luna ocultándole a éste sus verdaderas intenciones. De otro modo no puede explicarse racionalmente que Luna acceda a ser transportado hacia su propia muerte. Lo llevó a un sitio descampado para procurar la impunidad de su designio criminal y evitar cualquier posibilidad defensiva de la víctima. La idea rectora reside en que, cuanto mayores sean las posibilidades de la víctima para repeler el ataque, tanto menor será el ilícito del autor".

Por otra parte, hizo mención a la frialdad demostrada por Caminos en la ejecución del hecho y su planificación (no fue algo espontáneo tal como lo señaló la fiscalía); la circunstancia de un primer disparo en la espalda de la víctima y el segundo a escasa distancia en su cabeza, para rematarlo ya indefenso, son indicadores de la inusitada gravedad de aquél.

Otro dato que no dejó de señalar el juez, es el arma utilizada por Caminos aclarando que esto no debe confundirse con la agravante genérica del art. 41 bis ya 27 analizada, sino que se vincula con el plus letal que implica un arma como la usada obtenida en el mercado informal (una Magnun cal. 44) a la que sólo un reducidísimo grupo de personas tiene acceso, no solo por su costo, sino también porque precisamente me estoy refiriendo a un grupo de personas vinculadas a la delincuencia organizada.
