Policiales Rosario

Lo mataron en presunta venganza tras haber denunciado el robo de su moto

Gerardo González estaba mirando un partido de fútbol cuando golpearon a su puerta. Cuando abrió le dispararon. Vecinos indicaron que el autor del hecho, había sido denunciado meses antes por la víctima por el robo de su moto.
Pasadas las 21 de la noche del sábado Gerardo González miraba el partido de Rosario Central con su amigo Sergio en el comedor de su casa de Ulises y Platón, frente a un descampado donde se juegan picados en la ciudad de Rosario. En eso llegó hasta la puerta de la casa un tal "Javier" que llamó golpeando las palmas. Gerardo lo conocía porque es la misma persona a quien él había denunciado hace unos meses cuando Javier le había robado su moto. El hombre de 36 años fue a abrir la puerta de su casa y apenas se acercó vio "unas cuatro o cinco motos". Entonces, contaban ayer en el barrio, "empezaron los tiros". Minutos después González murió en el Hospital Roque Sáenz Peña.

Varios vecinos vieron la escena, había muchos en la calle y todos conocen a Javier y "a uno que le dicen Chicharrón" y que según cuentan, también disparó. En los barrios alejados todos se sabe y los nombres circulan por apellido o por apodo, pero las cosas "se saben siempre", como dijo un vecino de la cuadra.

Meses atrás

La historia que terminó el sábado con la muerte de Gerardo se remonta por lo menos seis meses atrás. Según vecinos González, que trabajaba en desde hace 18 años en el frigorífico Sugarosa, sufrió el robo de su moto por parte de la bandita que integran Javier y Chicharrón.

Gerardo los denunció porque si bien sabía que eran "gente peligrosa" se conocen desde hace mucho "porque también son del barrio" y se cansó de este tipo de abusos. "Es que ellos se creen que son los dueños del barrio", comentó otro vecino.

Días después de la denuncia Gerardo recibió una llamada anónima en la que le comentaron que la moto estaba en la casa de "un pibe del barrio" y le pidieron una suma de dinero para recuperarla; pero Gerardo denunció esa llamada y al poco tiempo le dijeron que la moto estaba en la comisaría. Desde Fiscalía, donde ingresó la denuncia y el aviso de que había sido recuperada, le dijeron que fuera a la seccional a buscarla. Pero en la seccional le indicaron que estaba en el corralón municipal. Según vecinos "en el corralón les dijeron que estaba en la comisaría y la moto nunca apareció".

En septiembre un "amigo de Javier" cruzó a Gerardo en la calle cuando volvía a la casa de su padre, que vive en la misma manzana, lo siguió con la moto unos 40 metros y le disparó varias veces, pero Gerardo pudo salir ileso de ese primer ataque.

Preso

Pese a las idas y venidas de las denuncias Javier, el sospechoso de haber disparado a Gerardo el sábado, cayó preso por el robo de la moto. Según algunos amigos de la víctima, "estuvo poco tiempo preso, habrá salido hace una semana".

Así, todo apunta a una venganza. "Este muchacho salió de la cárcel y fue a la casa de Gerardo, eran unas cuatro o cinco motos, algunas tipo scooter y otras enduro y las manejaban pibes de 12 o 13 años. Cuando Javier llamó a la puerta y Gerardo salió empezaron los tiros", contó muy angustiado un amigo.

Entre los que estaban en el ataque los vecinos nombran a "uno que le dicen Manzanita" y como conocen a los que dispararon se arriesgan y van más allá en la denuncia pública. "Venden drogas en esta zona. No son hombres de Los Monos, venden para ellos mismos, y de paso roban en al zona", dijeron.

Cuando Gerardo cayó malherido dos de sus cuatro hijos estaban en la casa, avisaron a sus familiares y lo trasladaron al Hospital Roque Sáenz Peña. Pero al llegar a la guardia lo diagnosticaron fallecido.

Al lugar arribaron efectivos del gabinete científico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y se secuestraron cinco vainas servidas calibre 9 milímetros. Además se realizó un relevamiento del lugar en busca de cámaras de vigilancia y testigos.

Por otra parte, el fiscal Adrián Spelta ordenó iniciar una investigación de acuerdo a las denuncias efectuadas en su momento por la víctima. (La Capital)
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