Sobre el quinto ilícito que sufrieron en el negocio, Raúl Schiebert, hijo del propietario, sostuvo que "otra vez mi padre fue víctima de la delincuencia, ya es la quinta vez que le roban, la última vez fue hace como un año", dijo indignado y reseñó "ocurrió cerca de la una de la madrugada cuando entraron y se llevaron cigarrillos, pilas, bebidas alcohólicas, y unos $500 que había en monedas".
"Mi padre está muy mal, se empezó a marear y lo tuvimos que llevar al médico y todo porque lo único que quiere es trabajar y te aparecen estos delincuentes y te arruinan todo. A pesar de que el boquete que abrieron está a unos 300 metros a la vista de la policía, los agentes vinieron porque se enteraron por el aviso de un vecino que vio cuando los chorros salían del negocio por el boquete", dijo Raúl, al tiempo que lamentó "que no pude recuperar prácticamente nada; por lo que dijo la policía eran tres los chorros, salieron con bolsitas y según los agentes, no los pudieron agarrar".
Consultado si los malvivientes serían de la zona, el joven aseguró que "se ve que es gente conocida de la zona, a los que muchas veces se los ha ayudado porque andan en la venta callejera de alfajorcitos, de pizzas. A uno de ellos lo tratamos como a un hermano, porque para mi vieja es como un hijo pero igual nos vino a robar; le pedimos a la familia del delincuente que se haga cargo, porque este chico tiene que estar en alguna institución para que se pueda recuperar, ya que la policía está atada de pié y manos. Según dicen el delincuente tiene un certificado médico como que está loco", comentó muy angustiado Raúl a diario El Sol.
