Desde la Brigada Abigeato de Feliciano se informó que se recepcionó una denuncia en la Jefatura de esa ciudad donde se notificó de la muerte de cinco ejemplares ovinos hembras.
La particularidad de la matanza, es que se escogió para quitar la vida a cinco madres que tenían sus borregos recién nacidos. El personal policial rastrilló el campo y al encontrar los animales muertos se dispuso cuerearlos para constatar el motivo del deceso. Allí se pudo observar claramente hematomas y golpes en varias partes de los cuerpos.
Tal vez la escena más triste, además de la muerte de las ovejas, fue encontrar a los corderitos de poco tiempo de vida tratando de amamantarse de las madres sin vida. Luego de entrevistas efectuadas por los uniformados a vecinos de la zona, surgieron datos del supuesto autor, que sería un hombre mayor de edad que fue visto ingresar al campo y correr a la majada con un palo.
Esta situación provocó la indignación de los vecinos y criadores de ovinos que reclamaron inmediatas respuestas partiendo del delito de maltrato a los lanares.
El dueño de los animales hizo saber que sufrió importantes pérdidas económicas, porque además del costoso tratamiento de crianza y sanidad, no entiende los motivos "inexplicables" de la muerte a garrotazos de los ovinos.