Crédito: La Voz de Córdoba
La de ayer fue una audiencia clave porque los tres peritos consultados coincidieron en que las lesiones que sufrió la criatura, entre fracturas, heridas y hematomas, no se produjeron por accidente y fueron prolongadas en el tiempo.
El domingo 22 de abril de 2018, Bruno fue internado en el Hospital Misericordia con múltiples y graves lesiones: la causa eficiente de su muerte fue un politraumatismo craneoencefálico, pero también registraba traumatismo de tórax, "síndrome de sacudón", hematomas varios y numerosas cicatrices en todo el cuerpo, según quedó registrado en su historia clínica. Demasiadas lesiones para sólo 15 meses de vida.
Ante la gravedad del cuadro, fue derivado al Hospital de Niños donde los médicos no pudieron revertir la situación. Murió días después.
De acuerdo a declaraciones de los vecinos de Villa Adela, el niño mantenía el llanto durante días y en la casa se ponía música a todo volumen cuando esto sucedía.
Según la acusación apoyada en la opinión de peritos, hubo síndrome de maltrato infantil (SIM), en oposición a lo que declaró Peñaloza cuando internaron a la criatura. El padrastro dijo que el bebé se había caído de su sillita, publica el diario La Voz.
Pero la acumulación de lesiones torna difícil de creer que semejante cuadro de acumulación de traumas se haya producido por una caída y por un sólo episodio, según coincidieron ayer los peritos.
El fiscal Albornoz acusa a la mamá y a su pareja, uno por acción y el otro por omisión.
Ayer declaró una trabajadora social que realizó un relevamiento familiar y llegó a la conclusión de que el niño sufrió de maltrato desde su nacimiento y hasta pudo afirmar que no fue deseado.
Además de sostener que había sido "torturado", la profesional indicó que había sufrido toda una vida de maltrato.
También testimoniaron ante los vocales Graciela Bordoy de Pizzicari, Daniel Ferrer Vieyra y Mario Centeno, un perito forense y un médico que atendió a la pequeña víctima en el Hospital de Niños. Ambos fueron contundentes con la gravedad de las heridas y sobre la imposibilidad de que se hayan concretado por accidente, tal como había intentado explicar el padrastro.
Uno de los médicos sostuvo que las fracturas craneoencefálicas y de tórax no pueden producirse por la caída de una sillita que está aproximadamente a un metro del piso.
También señalaron los profesionales que las heridas en diversas regiones eran imposibles de ser recibidas en un sólo episodio y que esos signos mostraban el prolongado y continuado maltrato al que había sido sometido Bruno.
Tras esta audiencia que era clave para la determinación de responsabilidades por las lesiones, quedó flotando la sensación de que la situación de la madre y su pareja es muy complicada.
El juicio continuará el próximo 23 de este mes con la realización de los alegatos de las partes. En caso de ser hallados culpables, los dos acusados recibirán la pena de prisión perpetua.
