Policiales Paraná

Juzgan a empresarios por vender implantes que provocaron dolencias a pacientes

Los insumos fueron colocados en cuatro personas que sufrieron importantes lesiones en las piernas, incluso estuvieron muy cerca de ser amputadas. Se quiere saber si los tornillos eran falsos o no estaban esterilizados.
El juicio es presidido por la jueza Noemí Berros.-
Foto: El juicio es presidido por la jueza Noemí Berros.-
Se inició el viernes el juicio a dos directivos de la empresa Mediplus de Paraná, quienes fueron procesados en la Justicia Federal por el delito de venta de insumos médicos peligrosos para la salud habiendo disimulado su carácter nocivo.

Todo se inició por las denuncias que llegaron a la justicia de parte de cuatro personas que se realizaron intervenciones quirúrgicas de colocación de implantes en sus piernas y para lo cual a través de distintas obras sociales adquirieron los elementos ortopédicos para las dolencias físicas.

¿Cuáles fueron los problemas, que luego de las operaciones aparecieron secuelas muy graves, tales como hongos o enfermedades que les carcomieron los músculos y los huesos, por lo cual estuvieron muy cerca de amputarles las partes afectadas?

¿Qué fue lo que sucedió con los famosos tornillos?, hay dos hipótesis -partiendo del propio diagnóstico de los organismos especializados-: o fueron cambiados los originales por otros falsos; o bien no se entregó el material con la esterilización necesaria.

El debate se realiza en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, donde el juicio es presidido por la jueza Noemí Berros. En la acusación se encuentran el fiscal general José Candioti, el adjunto, Leandro Ardoy; en tanto que la defensa es ejercida por el abogado Ciro Muzzachiodi.

En el banquillo de los acusados se encuentran los procesados Claudio Adrián Pucci y Lilian Paolini por ser gerente y titular, respectivamente de la empresa Mediplus de esta capital, y ser la cuestionada por la entrega del material que provocó tremendas secuelas físicas y sicológicas, en al menos cuatro víctimas.

Según la requisitoria fiscal, todo se inició por cuatro intervenciones quirúrgicas efectuadas en el Sanatorio La Entrerriana, donde a los pacientes se les colocaron tornillos para neutralizar los problemas traumatológicos.

Las operaciones se realizaron entre el año 2007 al 2011, y llamó la atención a los organismos de contralor sanitario, los padecimientos que comenzaron a sufrir los pacientes. Hubo un denominador común la aparición de hongos y enfermedades en las partes óseas, llegándose a la conclusión que los tornillos colocados tenían mucho que ver con los nuevos padecimientos.

En definitiva, Pucci y Paolini deben enfrentar la calificación legal del delito de venta de mercaderías peligrosas para la salud habiendo disimulado su carácter nocivo (art. 201 del C.P.) en concurso ideal (art. 54 del C.P.) con la defraudación en la calidad de la cosa (art. 173 inc 1 del C.P) y lesiones graves (art. 90 del C.P), en función al art. 22 de la ley 16.463 y éstos a su vez en concurso real (art 55 del C.P.) cuatro hechos, de conformidad a los arts. 306 y 308 del C.P.P.N.

El juicio en sí es muy técnico y lleno de definiciones científicas y médicas, para lo cual la presidenta del tribunal y el fiscal, varias veces debieron indicar a los testigos (médicos que intervinieron a las víctimas), bajar el nivel de la declaración para entender de mejor manera las explicaciones, o bien repreguntar para aclarar los conceptos.

Los tornillos en cuestión que se colocaron, fueron severamente cuestionados, tras el inicio de la investigación judicial porque se estableció por el ANMAT (La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) que se había alterado la rotulación de origen del producto perteneciente a la firma 'Arthrex Med. Germany/Arthrex Inc. USA', la cual indicaba expresamente 'non sterile', para colocar otra etiqueta en la que no se consigna la empresa importadora habilitada -según disposición de la ANMAT Nº 2319/02-, ni así tampoco el rótulo traducido al castellano, ni el registro del producto médico con su correspondiente numeración de PM, ni tampoco la identidad del Director Técnico, ni la leyenda 'PM esteril', ni el método de esterilización observado, defectos de información sobre las calidades del producto que imposibilitaron al personal médico del nosocomio que intervino en la práctica médica del paciente citado, adoptar conducta adecuada que la praxis médica indica a los fines de prevenir la aparición de hongos filamentosos (mucorales), vicisitud infecciosa que se produjo con posterioridad a la implantación del material descripto, provocando ostiomelitis posoperatoria y con ello lesiones graves en la rodilla de los pacientes, produciéndoles así secuelas médicas.

Los especialistas médicos que declararon el viernes, confirmaron el diagnóstico y las críticas al material ortopédico utilizado.

Palabras más, palabras menos indicaron que fueron notificados de la existencia de casos de mucormicosis óseas, que causaban gran alarma por lo siguiente: la mucormicosis es una infección que se llama oportunista que ataca a pacientes que se encuentran inmuno­suprimidos (pacientes con cáncer, diabéticos, transplantados, leucémicos, HIV, o con drogas inmudepresoras) en esos casos se podría encontrar casos de mucormicosis; sin embargo al momento de las consultas, habían ocurrido casos de mucormicosis óseas, durante el post operatorio de cirugías en huéspedes jóvenes y sanos, y eso causaba preocupación porque causaba secuelas importantes, hasta con perdida de masa ósea, en sujetos sanos.

Un momento duro del juicio, fue la declaración de una mujer que fue intervenida. Ingresó a la sala con evidentes dificultades para caminar.
Recordó que al momento de la intervención, en el 2011 contaba con 23 años, y se encontraba con expectativas de poder ingresar a trabajar al Servicio Penitenciario Provincial. Muy molesta contó los problemas que padeció y cómo el implante le "arruinó la vida".

Debió realizarse nuevas intervenciones quirúrgicas y tratamientos, y estuvo muy cerca de perder la pierna afectada. Por ello es que marcó los daños físicos notorios que le quedaron, como tambien los problemas sicológicos que comenzó a padecer por no poder tener una vida sana y por haber perdido el trabajo.

Las autoridades judiciales tratan por todos los medios de saber, y por ello es que se esmerarán en las consultas al resto de los profesionales y especialistas médicos, en saber si las severas infecciones fueron provocadas por no estar esterilizados los elementos ortopédicos, o bien si los mismos eran falsos.

Al menos en el primer día, los dos procesados decidieron abstenerse de declarar. En tanto, se confirmó que el debate continuará el próximo viernes en la Justicia Federal de Paraná. (Uno)
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