Supuestamente, los delincuentes se trasladaban en una camioneta Volkswagen Amarok y poco antes del cruce con la Ruta Provincial 20 y la Ruta Nacional 136, interceptaron al camionero que provenía desde Uruguay con destino a Buenos Aires. Se trata de un camión Scania, con dominio boliviano, que había cruzado la frontera desde el Uruguay y se dirigía hacia Buenos Aires. El chofer boliviano de 35 años denunció que la camioneta se interpuso al paso de su rodado y con armas de fuego lo amenazaron.
En esa ocasión, el subjefe de la Policía de Gualeguaychú, Cesar Primo, desmintió que los delincuentes se robaron el camión del damnificado y mencionó que el camionero quedó junto al vehículo a la espera del personal policial. En la denuncia el damnificado informó que los delincuentes exhibieron un revólver y una escopeta; y le robaron 3500 dólares, 6000 pesos argentinos y 1200 pesos uruguayos.
A partir de allí se inició una investigación para tratar de localizar la camioneta denunciada y fue en este punto donde aparecieron los primeros interrogantes. En las distintas cámaras de seguridad ubicadas en la zona donde supuestamente se produjo el hecho, no registraban el paso de ningún vehículo con estas características.
La Policía cuenta con cámaras en la estación de servicio La Paz, situada en la Ruta 136, en el cruce de las rutas 136 y 20, donde existe una garita policial, y en un domicilio sobre calle Magnasco, que es ingreso paralelo a la ciudad además de la avenida primera Junta, y en ninguno de ellos se advierte el paso de la camioneta negra.
También, en la declaración del chofer, llamaron la atención varios detalles. El boliviano le manifestó a la Policía que los delincuentes habían escapado con dirección a Buenos Aires, algo poco probable de advertir ubicado a varios kilómetros del lugar donde se bifurca la ruta. Otra cuestión es que los asaltantes no le quitaron su teléfono celular y adujo que el camión no le fue robado porque arrojó las llaves a un barranco, tratándose de un lugar de muy difícil acceso para posteriormente recuperarlas como lo hizo.
Todos los elementos recabados de la investigación fueron aportados a la fiscal Martina Cedrés, que ante estas evidencias requirió el secuestro del teléfono celular del camionero para buscar información en sus comunicaciones y mensajes. Actualmente se está a la espera del informe de Criminalística, que de confirmar con alguna prueba que esto se trataría de un autorobo, la causa se archivaría y se abriría una nueva investigación por falsa denuncia. (El Día)
