Policiales Buenos Aires

Tres detenidos por el crimen del empresario: Dos son empleados municipales

Dos son hermanos y trabajadores del municipio bonaerense de Avellaneda; cayeron por las huellas de los zapatos. El tercero estaba desempleado y buscan a otros dos. Abel Espósito, de 51 años, fue atacado en su casa.
Después de una serie de allanamientos simultáneos, un hombre identificado como Víctor Omar Alegre alias "Serrucho" y los hermanos Ricardo Alberto y Carlos Leonardo Azario fueron detenidos en las últimas horas por efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, tras ser acusados de participar en el crimen del empresario Abel Leonardo Espósito, quien murió asfixiado con un toallón y agua en su casa del centro de la localidad Bernal. Tanto la investigación como las detenciones fueron llevadas a cabo por efectivos de la Departamental Lanús, junto a miembros de la DDI local, Caballería, Grupo Halcón e Infantería. Según indicaron fuentes policiales a Infobae, el sospechoso con el alias de "Serrucho" tiene 41 años y estaba sin trabajo. Los otros dos tienen 26 y 32 años y eran empleados de la Municipalidad de Avellaneda. Ricardo, el menor de los Azario, estaba desde hace un año en el área de Higiene Urbana. El otro, por su parte, se desempeñaba en el espacio de Obras Públicas hace 8 meses. Además de trabajar para el Municipio, los hermanos también tendrían antecedentes.

Los presuntos asesinos fueron capturados tras varios procedimientos llevados a cabo en Villa Corina, Villa Domínico, Avellaneda y Lanús, donde además secuestraron dos armas, vestimentas y varios elementos de gran valor para la causa.
Según se informó, fue gracias al registro fílmico de una cámara de seguridad de uno de los vecinos de Espósito, que se pudo identificar a los sospechosos.

Pero hubo otro elemento que fue vital para las detenciones: las huellas de las zapatillas. Después de los peritajes en el lugar, los investigadores obtuvieron huellas del calzado usado por los asesinos que después fueron cotejados con un registro oficial que alberga un sinfín de marcas y modelos de zapatos. Tras el secuestro de los zapatos en los operativos de hoy, vieron que coincidían con el rastro obtenido el lunes en la casa de Espósito y así cayeron. La investigación avanza y en las próximas horas puede haber nuevos detenidos. Por lo menos dos más. La causa está a cargo del fiscal Leonardo Sarra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Quilmes.

El abogado Mariano Fragueiro Frías, que asesora a la familia de Espósito, le dijo a Infobae que "la Policía está trabajando muy bien, el fiscal Sarra está dirigiendo la investigación a la perfección y la Procuración a cargo de Julio Conte Grand monitorea al milímetro cada avance. Confiamos en que a la brevedad serán detenidos otros autores materiales y, también, intelectuales del crimen".
La tortura y el crimen
El empresario, dueño de una importante curtiembre del Parque Industrial de Avellaneda, de una familia muy conocida de la zona, murió tras ser torturado por al menos cinco delincuentes que lo estaban esperando la madrugada del lunes en su casa de la calle Avellaneda al 100, a sólo dos cuadras de la comisaría 2da. de Quilmes.
Según la investigación, la víctima fue sorprendida cuando entró por el garaje de su chalet tras regresar de sus vacaciones en la ciudad uruguaya de Punta del Este, donde estaba con su esposa y su hija. De acuerdo con una fuente vinculada a la investigación, los delincuentes estuvieron varias horas esperándolo porque el vuelo se retrasó.

Tras ser abordado, primero lo encerraron en un cuarto junto a la empleada doméstica y después de un rato, se lo llevaron hasta un baño, donde lo torturaron por más de una hora para exigirle que les entregara "un maletín gris". Como Espósito les dijo en todo momento que no lo tenía, la banda se ensañó y finalmente murió ahogado.

Un dato que llamó la atención y que hace suponer que no fue un simple hecho de inseguridad es que sobre una de las camas de la casa fue hallada una buena suma de dinero, joyas y objetos de valor, un botín deseado para cualquier ladrón. Sin embargo, en este caso, la banda escapó sin llevarse un solo peso. "Estamos certificando el móvil del crimen", dijo uno de los investigadores.
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