"Fuimos charlando y cuando llegamos a la esquina el que estaba adelante me apuntó y forcejeamos. Le agarré las manos con el arma y en eso se escucharon los dos tiros, tuve miedo pero no sé, me dio de hacer eso (de resistir tomando el arma). Cuando fueron los tiros el que estaba adelante ya tenía mi celular y la billetera y se fue corriendo. El otro quedó tirado atrás, muerto". La policía recogió del lugar una vaina calibre 25. La pistola con que se carga esa bala es muy celosa y pequeña, fácil de ocultar entre las ropas.
"Cuando escuché los dos tiros, como un ruido raro, aceleré el auto y caí en una zanja. En ese momento se acercaron varios vecinos. Me preguntaron qué había pasado y yo les dije que eso, que murió un muchacho. No me quisieron hacer nada pero yo les dije si querían entrar al auto para buscar el arma podían, pero que la pistola no estaba en el auto. Entonces entre dos o tres bajaron del auto al muchacho. Después ellos mismos llamaron a la policía y a la ambulancia y esperé ahí hasta que vinieron", relató.
Mientras llegaba la ambulancia Oscar dice haber conversado con la gente que lo rodeaba. "Me puse a buscar el celular, pero no estaba por ningún lado. Nadie me dijo nada del muchacho muerto, aunque creo que era un ladrón conocido. Cuando llegó la policía me trasladaron a la seccional y después la fiscal me dijo que me viniera a mi casa, que en la semana me iban a citar".
En lo que hace al fallecido, Enrique Martín Britez, tenía 36 años y vivía en Amenábar al 6900. Contaba con antecedentes penales desde 2008 por tentativa de robo, violación de domicilio y encubrimiento de robo de automotor.
La fiscal de Homicidios que tomó el caso, Georgina Pairola, ordenó el informe y las fotos de autopsia. Verificó que el balazo no produjo ahumamiento, es decir que no se apoyó el caño del arma en el cuerpo de la víctima, y que las balas le perforaron el fémur y el pecho. Por otro lado se pidió al gabinete criminalístico "levantamiento de rastros, relevamiento de cámaras, toma de testimonios a posibles testigos de la zona y el secuestro de una vaina calibre 25". Oscar D permaneció demorado y al no contar con antecedentes la fiscal no consideró que hubiera peligrosidad procesal que le impidiera esperar en libertad los avances de la causa.