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Ante ello, Miguel Martínez, uno de los propietarios del pool contó que aportó todos los datos necesarios en la Fiscalía, y que a pedido de dos jóvenes las trasladó en su auto.
Martínez dijo que "en un momento de la noche vio que esta persona de seguridad, de nombre Esteban, charlaba muy amenamente con una joven a quien conozco porque había concurrido al local junto a otra joven de Osvaldo Magnasco quien es amiga mía. Según algunos testigos, rato después la joven y el patovica habrían salido del local muy juntitos y se fueron al auto del patovica que estaba estacionado en las inmediaciones. Rato después la joven ingresa nuevamente al local y le pide a mi hermano un trago, e inmediatamente se larga a llorar. Llega junto a ella una amiga que la estaba acompañando y me piden que las traslade a su casa de Magnasco a las dos juntas. Las chicas habían llegado en remis y tenía pactado el remis de vuelta a las 6 de la mañana. Como faltaba bastante tiempo me piden que las lleve. Llevé a las dos chicas juntas, una de ellas es mi amiga. La joven estaba bastante ebria", dijo Martínez Afirmó que cuando el fiscal le tomó declaración aportó "todos los datos que tengo y que sé. Informé que el de seguridad salió sin nuestro permiso del local. Dejó de cumplir con su trabajo. Nosotros como dueños aportamos la dirección y demás identidad de este muchacho llamado Esteban que es el acusado. Lo mismo a pedido de la familia de la chica que me solicitaron los datos de esta persona. Y estoy en permanente contacto con la familia de la joven".
Según la palabra de Martínez, y lo que le manifestaron los testigos a él, los hechos habrían ocurrido fuera del local, en la vía pública, publica el sitio La Región de La Criolla.
