Ese mismo día contacto a una menor de 14 años con la misma finalidad que las anteriores, de mantener relaciones sexuales con ella. Gauna se presentaba, le ofrecía crédito, y le preguntaba si podían ser amigos. Luego le pedía fotos de su cuerpo y le enviaba fotos de su pene, para finalmente invitarla a un encuentro.
Hizo exactamente lo mismo con otra adolescente de 15 años. Le envió 279 audios, hizo 39 llamadas y 531 mensajes (algunos con fotos y videos). Se presentaba, le ofrecía crédito para su teléfono y regalos. Luego le pedía fotos de su cuerpo y su vagina, le pedía números de otras niñas, y le manifestaba sus ganas de conocerla personalmente. También le decía que la conversación debía quedar entre ellos, pues no quería problemas con nadie. Gauna también le envió también fotos a la menor de sus genitales y le manifestó expresamente que quería tener relaciones sexuales con ella.
A este larroquense, que ya tenía denuncias por abuso años atrás, no le importaba la edad de sus víctimas. Contactó a una niña de 12 años y le envió innumerables mensajes de Whatsapp, a la vez que la llamaba durante la madrugada. Tras recibir los dos años y seis meses de prisión efectiva, y por aceptar los hechos que se le imputaron en un juicio abreviado, fue inmediatamente trasladado a la Colonia Penal El Potrero, en Gualeguaychú, publicó ElSol.
Lo que dice la ley
El Grooming está penado en el Código Penal argentino en el artículo 131, que especifica: "Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma".