Policiales Detención de un borracho

Cuestionan la defensa corporativa policial en detención irregular y agresión

Piden condenar a un policía por golpear a borracho que fue detenido. La fiscalía cuestionó las maniobras corporativas de la Policía para encubrir el delito ya que los superiores del acusado, falsearon un acta y mintieron para beneficiarlo.
Pasaron ocho años de aquella madrugada en que Juan Carlos Leiva fue detenido por la Policía en la ciudad de Diamante por estar ebrio en la calle, luego de tomar varias cervezas con un amigo. Sin que haya cometido contravención ni delito alguno, Carlos Maximiliano Acosta lo subió a un patrullero y lo golpeó. Luego de un proceso judicial demasiado largo, y complicado por la confusión generada por el dudoso accionar policial, se llegó a un juicio intrincado no solo por la desmemoria de los testigos, sino por las contradicciones entre ellos, que indicaron que algunos mintieron.
Maniobras para encubrir
La fiscal Matilde Federik pidió un año y cuatro meses de prisión para el uniformado, al tiempo que cuestionó con severidad las maniobras de la Policía para encubrir el delito en forma corporativa. El abogado defensor, Carlos Alberto Albornoz, afirmó que se trató de un procedimiento de rutina, con la intervención legítima de la Policía, por lo que pidió la absolución.
El caso tuvo una particularidad que tal vez fue clave para que no sea una más de las detenciones arbitrarias y discrecionales de la Policía. El hermano de la víctima, Oscar Leiva, es cabo de Policía y aquella madrugada del 10 de septiembre de 2010 estaba de turno. Su testimonio fue clave para desnudar el montaje que hicieron sus compañeros y superiores.
Legitimar el abuso
En el debate declaró la víctima, su hermano y el amigo, Mariano Sánchez, con quien estuvo tomando y también fue detenido y golpeado. También lo hicieron los policías que actuaron en el procedimiento, y uno que dice haber estado aunque sospechan que mintió.
Se trata del oficial Cristian Seín, quien entonces era jefe de calle. Su participación en el hecho es uno de los puntos controvertidos. Tanto Juan Carlos Leiva como su hermano policía Oscar, y el amigo Sánchez, afirmaron que Seín no participó de la detención. Sin embargo, tanto Seín como los demás policías afirmaron que sí estuvo. El objetivo, según se señala, era legitimar el procedimiento.
Justificar las agresiones
Se produjo un careo entre el policía Leiva y otro agente, de apellido Martínez, y luego con su superior Seín, sobre la intervención de este último en el hecho. Cada uno se mantuvo en sus dichos, pero se observó al hermano de la víctima mucho más firme en su postura: "Yo tengo una operación en la cabeza, pero me acuerdo patente", ironizó el muchacho.
El otro punto discutido era si el policía Leiva había ayudado a la detención de su hermano. Él afirmó que no, que intervino para que Acosta no le siguiera pegando. En cambio, los otros uniformados afirman que colaboró porque el muchacho estaba "exaltado y sacado".
El acta del procedimiento refleja la versión policial, pero el mismo cabo Leiva la desmintió y aseveró que no la firmó.
Golpes y patadas por un insulto
Acosta declaró al finalizar el juicio, sin responder preguntas. Dijo que iban en el móvil, observaron a un hombre en "estado de bamboleo", le pidieron que se corriera a la vereda para que no lo chocaran, los insultó ("qué te metés milico de mierda") y al identificarlo lo golpeó. Lo redujeron, lo subieron a la camioneta, le pegaron una patada y lo sujetaron con las manos y la rodilla para que no se moviera. Dijo que el hermano del detenido llegó y ayudó a que no se moviera, y además ubicó a Seín en el lugar. "No lo esperaba y no me lo busqué, no soy de maltratar a la gente, soy un funcionario público, estoy para servir", afirmó.
Golpes en el patrullero
En los alegatos, la fiscal coordinadora Matilde Federik dijo que la materialidad del hecho y la autoría por parte de Acosta se encuentran plenamente acreditadas.
"Acosta participaba de la comisión policial que detuvo a Juan Carlos Leiva y en el marco de esa detención, lo golpeó en distintas partes del cuerpo, causándole lesiones", dijo, y agregó que la golpiza se produjo "en la caja de la camioneta, en el trayecto a la Jefatura y en la dependencia policial".
Valoró el informe del médico forense de esa misma mañana donde se constatan las lesiones sufridas por Leiva, quien refería dolores en las costillas. El médico también revisó a Sánchez, quien también tenía golpes.
Cuestionable detención
Federik sostuvo que las lesiones sufrida por la víctima son leves, pero la importancia de la causa "tiene que ver con la gravedad institucional de la violencia policial. No podemos tolerar este tipo de violencia policial. Está probado el accionar policial que se aprovecha de una persona detenida para golpearla".
En este sentido, cuestionó la propia detención que se produjo aquella madrugada, que no fue imputada, pero "fue bastante cuestionable porque sin disturbios en la vía pública no puede haber detención por contravención".
Esposado y golpeado
"Estando esposado, boca abajo, en la caja de la camioneta, Acosta le pegaba. Es algo muy diferente a una violencia que pueda justificarse en el marco de una detención. Leiva (el cabo) se subió a la camioneta para evitar que siguieran golpeando a su hermano", afirmó.
"La presencia de Seín en el lugar es parte del ardid que monta la Policía para justificar el procedimiento ¿Por qué estaba Acosta si su rol era de guardia cárcel?", preguntó.
La defensa corporativa
"En el careo quedó claro que Leiva estaba diciendo la verdad. No estaba presente Seín en la detención, porque si hubiese estado también estaría imputado, porque como jefe de calle no podía permitir los vejámenes", agregó Federik.
Por eso criticó: "La defensa corporativa a la que estamos acostumbrados en las causas por apremios", y refirió las coincidencias entre los policías al declarar, demasiado llamativas: "Todos usaron las mismas palabras: sacado y exaltado. Lo ubican al hermano como colaborador, y todos dijeron que estaba Seín".
Condena para el policía
Por eso, dijo que el acta del procedimiento "claramente es ideológicamente falsa, la Fiscalía va a solicitar que se investigue a la persona que instruyó esta causa".
Por último, pidió condenar a Acosta a un año y cuatro meses de prisión por el delito de Vejaciones, y el doble de tiempo de inhabilitación. "Hay un aprovechamiento de la situación de indefensión. La gravedad no se debe al tipo de lesiones, sino que desde un punto de vista de política criminal, no podemos permitir este tipo de abusos de la Policía", concluyó. Fuente: (Uno).-
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