Policiales Cura había denunciado a narcos

Detuvieron a una vendedora de cocaína cerca de la parroquia baleada en Rosario

Tras el ataque a un colegio y una parroquia en la zona oeste de Rosario, donde sufrió amenazas el cura que denunció a narcos, efectivos de la Gendarmería detuvieron a una joven que tenía en su poder 50 envoltorios de cocaína para la venta.
Dos días después del ataque a balazos al colegio Paulo VI y a la parroquia María Reina, en la zona oeste de Rosario, donde sufrió amenazas el cura Juan Pablo Núñez, vinculadas a sus denuncias contra los vendedores de droga que asuelan la zona, efectivos de la Gendarmería detuvieron a una joven que tenía en su poder 50 envoltorios de cocaína fraccionada para la venta.

La detención se produjo en José Ingenieros al 7200, tras la fuerte repercusión del ataque armado al colegio y a la parroquia. El sacerdote Núñez dijo que la semana pasada unos jóvenes que comercializan estupefacientes en esa zona lo habían amenazado. El cura, de 37 años, denunció ante los medios de comunicación hace más de cuatro años que en el barrio la venta de droga generaba serios problemas de violencia. Señaló específicamente un búnker que fue allanado varias veces, aunque reabre a los pocos días.

La tensión cotidiana del barrio se hizo más tirante las últimas semanas. Hace un mes el sacerdote se contactó con el Ministerio de Seguridad santafesino para contar la compleja situación del barrio. Ese contacto, al hacerse público, generó más problemas que beneficios, ya que las amenazas arreciaron.

La semana pasada, Núñez envió a fieles de la iglesia y a vecinos del barrio mensajes de whatsapp para advertirles de la situación. "Docentes y comunidad de María Reina: hace unos meses la violencia se incrementó en el barrio por la venta de drogas. Tomé contacto con autoridades y los denunciamos. Tenemos vecinos amenazados para que vendan drogas o callen su boca. Confiamos en la protección de María", escribió el sacerdote.

La semana pasada, "soldaditos" le hicieron saber con claridad el estado de situación. "Yo desde hace tiempo molesto en el barrio. Hicimos un centro de día para recuperar a los jóvenes adictos y lo tuvimos que cerrar porque los narcos amenazaban a los chicos para que no se recuperaran. Les sacábamos clientes", dijo este lunes el padre Juan Pablo.

"Son muchos los búnkeres que hay en el barrio", sostuvo el sacerdote. "Escuché los tiros, pero al principio creí que eran los típicos tiroteos que hay en la zona. A la mañana me di cuenta de que los disparos habían sido contra la parroquia y la escuela", relató Núñez.

"El narcotráfico es un tumor de nuestro barrio. Hasta que no me metan un tiro no van a parar", sentenció.
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

NOTICIAS DESTACADAS