Policiales El ocurrió en julio de 2016

Responsabilizaron a un adolescente por la muerte de un joven en barrio Maccarone

Por el crimen de Enzo Yedro registrada en julio de 2016 en barrio Maccarone de Paraná, la Justicia entrerriana declaró responsable a un joven que era menor de edad cuando disparó y causó la muerte de muchacho de 20 años y lesiones en otro.
Por el crimen de Enzo Yedro registrada en julio de 2016 en barrio Maccarone de Paraná, la Justicia entrerriana declaró responsable a un joven que era menor de edad cuando disparó y causó la muerte de muchacho de 20 años y lesiones en otro.

Durante agosto se desarrolló el juicio en el Juzgado Penal de Niños y Adolescentes, en el cual se ventiló el conflicto entre dos grupos en calle La Rioja y Manuel Dorrego, que se arrastraba desde hacía tiempo, y particularmente a mediados de 2016 se habían producido violentos cruces, hasta con intercambios de disparos de armas de fuego.

Fueron muchos los testigos que declararon en el debate para reconstruir el episodio ocurrido al anochecer de aquel domingo 3 de julio de 2016, así como las circunstancias previas que rodearon y motivaron el hecho. También se escucharon las voces de peritos que intervinieron en el desarrollo de la investigación llevada adelante por la Fiscalía.

Así se pudo establecer que hubo un cruce de palabras entre los dos grupos de jóvenes, a pocos metros de distancia, prácticamente de vereda a vereda.

En ese momento salió de la vivienda el imputado con un arma de fuego, lo que caldeó aún más los ánimos. Un hermano de la víctima intentó sacársela y durante el forcejeo se produjo un disparo hacia el aire.

El adolescente que estaba armado comenzó a correr por calle La Rioja, mientras otros lo perseguían. En esa acción iba efectuando disparos con su revólver hacia atrás. De este modo, un balazo alcanzó a Enzo en el pecho, quien no participaba de la persecución, sino que había salido de su casa al escuchar la pelea. A su vez, otro joven recibió un disparo en una pierna, que no lo puso en riesgo de vida.
A la muerte de un joven le siguió el destierro del acusado y su familia.

Durante los alegatos, la fiscal Viviana Ferreyra pidió declarar responsable del crimen al menor imputado por el delito de Homicidio simple, hipótesis que ha sido compartida por el querellante Ignacio Díaz. Por su parte, la defensora oficial del adolescente, Susana Carnero, solicitó que lo responsabilicen por el delito de Homicidio culposo, es decir, por haber matado a Yedro en forma imprudente al manipular y disparar el arma.

Finalmente, luego de analizar las numerosas pruebas y testimonios, el juez Pablo Barbirotto resolvió declarar responsable al joven por Homicidio simple con dolo eventual. Es decir, que no tuvo la intención directa de matar a Yedro, pero al efectuar los disparos sabía que podía herir y causar la muerte de alguno o algunos de los que estaban detrás suyo, sin embargo siguió adelante con ese accionar. Además, como él ya había sufrido una herida de bala en un brazo que le dejó secuelas, se pudo representar claramente el daño que podía ocasionar al gatillar el revólver, pero no le importaron esas consecuencias.

El fallo no se encuentra firme, ya que la defensa presentará el recurso ante la Cámara de Casación Penal de Paraná, con las críticas que considere sobre la sentencia, para que ese tribunal la revise.

En caso de que la misma adquiera firmeza, se citará luego a un juicio de integración para establecer si el condenado debe cumplir una pena, y en caso de que sí corresponda, de qué tipo: de prisión en la Unidad Penal o en suspenso, de cumplimiento condicional, bajo una serie de reglas de conducta.
Cabe recordar que lo que siguió al homicidio de Yedro fue una pueblada, la demolición de las casas donde vivía la familia del acusado, y su expulsión del barrio. La misma historia ya se vio en otros barrios de Paraná, donde el Estado llegó tarde, con otros conflictos y otros protagonistas, pero con un denominador común: a la muerte de un joven le sigue el destierro del acusado y su familia, publicó Diario Uno.

En la noche del lunes 4 de julio, luego de despedir los restos de Enzo, familiares, amigos y vecinos de la víctima fueron contra la familia a la cual acusaron de sembrar la violencia y el delito durante mucho tiempo en el Maccarone. La demolición de las viviendas fue, a su vez, la recuperación del espacio público sobre las que se habían levantado, a fuerza de palos, fuego, dolor y bronca.

Hoy ese lugar se llama plaza Enzo Yedro, hay juegos y una canchita de fútbol, y fue decorada por alumnos y profesores de la escuela del barrio.
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