Según los testimonios recabados por el diario La Nación, esta modalidad delictiva tiene matices. Los delincuentes pueden romper el medidor desde el pilar o bajar la térmica principal desde el interior del inmueble; allí cortan los cables de telefonía, TV o Internet y además usan inhibidores de señal, aparatos de venta libre que bloquean la transmisión de datos vía Wi-Fi.
Otra de las formas que utilizan las delincuentes, para saber si hay gente en los domicilios, es colocar un precinto en las puertas. Si ven que no se rompe es porque saben que allí no hubo movimiento y con esa información proceden a cortar la luz y así concretar el robo.