"Fiscalía entiende que las pruebas que se colectaron fueron suficientes para llegar a esta instancia de juicio, donde se determinará su efectiva participación", confirmó a Elonce TV, la Fiscal Laura Castaño.
Según consta en el expediente judicial, en el hecho de sangre intervinieron dos personas pero solo pudo identificarse a una que es el sospechoso que hoy está siendo juzgado.
Y según rememoró la fiscal, en aquel entonces se confeccionaba un registro de vainas testigo de todo el personal policial de la provincia, para realizar eventuales pruebas por la utilización de armas policiales en hechos delictivos. "Cuando le tocó a este funcionario ir a hacer este disparo testigo, adujo que ese mismo día y a la misma hora, le habían sustraído el arma reglamentaria", indicó Castaño.
Tal es así que a Medrano se lo acusa de homicidio en ocasión de robo y peculado, es decir, "la sustracción de su arma y posterior falsa denuncia por ese robo que nunca existió, sino que fue una maniobra para ocultar el arma porque la pericia lo iba a involucrar con el hecho".
"Nuestra hipótesis es que ellos tenían un dato, y equivocaron las víctima, porque había unos vecinos de la familia Comar, que efectivamente, unos días antes habían vendido 25 cabezas de ganado", señaló la fiscal.
El matrimonio ya prestó declaración. De hecho, la mujer tuvo que identificar un nunchaku (dos hierros amarillos atados con una soga) con la que los malvivientes golpearon a su hijo durante el asalto.
"Hubo detalles que ya no recordaban, por la edad que tienen, no obstante, dieron valiosos testimonios como lo habían hecho en el juzgado de instrucción", comentó Castaño al respecto.
