Policiales La víctima ni se enteró

Juzgan a policías acusados de robarle a un joven ebrio

Se desarrolla un juicio contra dos policías acusados de la figura de "hurto calamitoso". Se les imputa haberle hurtado la billetera a un joven ebrio. Ambos se desempeñaban en la Jefatura de Villaguay.
Juzgan a policías acusados de robarle a un joven ebrio
Foto: Juzgan a policías acusados de robarle a un joven ebrio
Crédito: La Calle
Comenzó en los Tribunales de Concepción del Uruguay un juicio oral y público a dos policías acusados de "Hurto Calamitoso". Se trata del subcomisario Daniel Salva y del suboficial Juan Manuel García. Ambos se desempeñaban en la Jefatura de Villaguay en el año 2015, cuando ocurrieron los hechos.

El principal testigo en la causa es el suboficial Juan Domingo Cepeda, quien ese día realizaba la tercera o cuarta recorrida en la patrulla (había sido trasladado desde Villa Clara días antes). Lo que surge de lo narrado por el testigo es que a fines de mayo de 2015, subió a la patrulla en la que él se desempeñaba junto con García, el jefe del Comando Radioeléctrico, y el subcomisario Daniel Salva.

En la recorrida realizada, en calle Paraguay casi Alsina, divisaron a un sujeto tendido en una vereda. Se bajaron Salva y García. Salva palpó de armas al caído, mientras García llamaba en la casa contigua, y quién salió dijo ser tío del joven que se encontraba evidentemente ebrio y se hizo cargo de él. Cepeda escuchó que Salva le decía al hombre: "fíjese si no le robaron porque cuando llegamos salieron dos corriendo". Esto le pareció sospechoso al suboficial, pues no había otras personas en el lugar a la llegada de la patrulla: solo el caído.

Expresó que tras andar varias cuadras, Salva sacó una billetera y se la tendió diciendo: "que cuente el de atrás". Él se negó y le dijo que no participaba en eso. Salva entonces contó el dinero que llegaba a unos dos mil pesos y lo repartió con García, luego arrojó la cartera hacia su derecha por la ventanilla y García por su parte, bajó del móvil policial y quemó los documentos del joven.

El hecho llegó a oídos del jefe de policía, comisario mayor Carlos Pérez, quien ordenó las investigaciones correspondientes y se comunicó con la fiscal Nadia Benedetti.
Desde ayer los acusados comparecen ante el Tribunal integrado por los vocales Mariano Martínez, Fabián López Moras y Alberto Seró. García es defendido por el abogado Cardona y Salva por Federik.

Los testigos concuerdan
En la primera jornada declararon seis testigos, entre ellos el actual jefe de policía de Gualeguaychú, Carlos Pérez, el hermano del principal testigo, oficial Pedro Cepeda y el suboficial de Investigaciones, Daniel Díaz que fue quien impuso al comisario Pérez (entonces jefe de Villaguay) de lo sucedido.
Todos ellos corroboraron los dichos del suboficial Cepeda en cuanto a sus declaraciones de lo sucedido y cómo se fueron dando los distintos pasos hasta la denuncia formal de lo acontecido.

La víctima ni se enteró
En cuanto a la víctima de apellido Ojeda, una vez que se repuso y al no encontrar su billetera, hizo una exposición por pérdida, ignorando todo lo que había sucedido. El mismo habría salido esa noche y regresado en estado embriaguez, por lo que cayó cerca de su casa en la vereda y no se percató siquiera de la llegada de los policías ni de la revisión de sus pertenencias realizada por el entonces jefe del Comando Radioeléctrico.

El fiscal Juan Manuel Pereyra y la fiscal Nadia Benedetti manifestaron al diario La Calle que la calificación legal ha sido impuesta por las circunstancias de indefensión en las que se encontraba la persona examine en la vereda y por la calidad de funcionarios públicos de Salva y García.
Estos funcionarios policiales siguen en actividad, aunque cumpliendo funciones en áreas distantes a las que ocupaban anteriormente.
La pena a la que se enfrentan puede resultar una condicional de 3 años o una pena mayor que sería de cumplimiento efectivo, con el doble de inhabilitación para ejercer cargos públicos y su separación de la fuerza.

No se animaba a denunciar
Juan Domingo Cepeda sufría pues no se animaba a denunciar a su oficial superior: temía que no le creyeran, un traslado forzoso, el descrédito ante sus compañeros y otras consecuencias que pudieran afectar a su familia.
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

NOTICIAS DESTACADAS