Policiales Gualeguaychú

Comenzó juicio por crimen de Susana Villarruel: El imputado se negó a declarar

Como imputado se encuentra su esposo (estaban tramitando divorcio). De acuerdo a la teoría de la Fiscalía, el mismo esperó el momento oportuno para realizar el crimen La víctima llevaba consigo dos elementos que serán la clave.
Comenzó juicio por crimen de Susana Villarruel
Foto: Comenzó juicio por crimen de Susana Villarruel
Crédito: El Argentino
El Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú e Islas de Ibicuy inició ayer el juicio oral y público para esclarecer la muerte violenta de Susana Villarruel.

Como imputado se encuentra su esposo (estaban realizando los trámites de divorcio) Ramón de la Cruz Ortiz, y con quien tenía un hijo en común.

El Tribunal está integrado por los doctores Mauricio Derudi (quien lleva la dirección del debate) y los vocales Arturo Exequiel Dumón y el juez de Garantías y Transición N° 2, Guillermo Biré, que reemplaza a la doctora Alicia Vivian, quien se encuentra bajo el uso de licencia.

Por parte del Ministerio Público Fiscal participa el doctor Martín Gil, quien llevó adelante la Investigación Penal Preparatoria y el fiscal general coordinador Lisandro Béhéran.

Mientras que el defensor oficial Martín Clappier es quien asiste a Ortiz para garantizar del debido proceso que le asiste a toda persona que es llevada a juicio.

El juicio
A las 8:50 el presidente del Tribunal declaró abierta la sesión y constató la presencia de las partes.

El fiscal Behéran inició su alegato de apertura, donde describió que Ortiz aproximadamente entre las 7 y las 7:30 del lunes 10 de julio pasado, a unos cien metros de calle Irazusta al Sur y el puente sobre el Arroyo El Cura de la ciudad de Gualeguaychú, se encontraba junto con su cónyuge Susana Liliana Villarruel y ejerciendo violencia física sobre la misma, le propina -valiéndose de un elemento punzo cortante- múltiples heridas que le provocaron la muerte.

Entre esas múltiples heridas, el fiscal se detuvo en las principales: una en la región lateral derecho del cuello; otra en la zona media del cuello; una en la zona mamaria derecha y otras dos heridas frontales en la sien derecha.

De acuerdo a la teoría del Ministerio Público Fiscal, Ortiz esperó el momento oportuno para realizar este crimen; es decir, estar en una zona poco transitada por la hora (era casi las 7:30 del 10 de julio, horario de invierno, todavía oscuro) y de esa forma impedir que la víctima pudiera pedir ayuda.

Así, valiéndose de la indefensión de Villarruel, la atacó con saña, apuñalándola hasta dejarla sin vida. Luego, ocultó el cuerpo en la maleza a unos 25 metros del lugar para huir de la zona con destino a la planta urbana.

La víctima llevaba consigo dos elementos que serán la clave de este juicio: su celular y la tarjeta de cobro bancaria de la Asignación Universal por Hijos.


Por eso el fiscal recordó que cuando se peritó el celular de la víctima (encontrado en la vivienda que habitaba Ortiz en el asentamiento de calle Tropas y Troisse), se detectó un mensaje de texto hacia el celular del imputado, pero por la hora la víctima ya estaba fallecida.

Con respecto a la tarjeta del banco, Behéran sostuvo que las cámaras de video vigilancia del Banco Galicia ubican a Ortiz a las 9:27 de ese 10 de julio, extrayendo 900 pesos.

Es decir, a las 7:30 aproximadamente la mata de varias heridas corto-punzantes y casi dos horas más tarde, estaba realizando la extracción de dinero de la cuenta de la víctima como si nada hubiera pasado.

Por eso en su alegato, la Fiscalía adelantó que probará este hecho y la calificación jurídica por su circunstancia y modo.

Ortiz está imputado por homicidio triplemente calificado por el vínculo, la alevosía y por mediar violencia de género; cuya expectativa de pena es la prisión perpetua.

El alegato de apertura del defensor oficial se inició en sentido contrario a lo expuesto por la fiscalía.

Sostuvo que no se encuentran acreditados los hechos para llegar al estado de certeza que la instancia requiere (es decir, la condena) y que la prueba no logra cotejar la participación de su defendido.

Además enfatizó que los elementos probatorios o las evidencias admiten otras explicaciones y demostrarán "la lejanía para comprobar la autoría de Ortiz".


Luego de consultar si había cuestiones preliminares que tratar, el Tribunal declaró abierto el debate.

Así el presidente del Tribunal se dirigió al acusado para recordarle el hecho que se le imputa tal como lo presentó la Fiscalía y al preguntarle si iba a declarar, le explicó que en caso de hacerlo puede contestar preguntas e incluso negarse a contestar otras.

Y en caso de no declarar, ese silencio no podrá valorarse como una presunción de culpabilidad en su contra. Así, previa consulta al defensor oficial, Ortiz hizo uso de su derecho de no declarar. Los testigos Ortiz estaba vestido con una camisa roja con lunares blancos, vaquero azul y zapatillas blancas. La mayor de las veces permaneció en Tribunales con la cabeza baja

Entre el público se encontraba la hermana de Susana, y otros familiares; quienes expresaron en su rostro y en sus gestos el dolor de atravesar por esta situación.

La audiencia continuó con el desfile de los testigos, la mayoría funcionarios policiales y el médico policial que tuvieron diversas actuaciones desde el instante de la denuncia por la búsqueda de paradero de Susana Villarruel quienes participaron de diferentes procedimientos como allanamientos y rastrillajes hasta encontrar (48 horas después del 10 de julio) el cuerpo sin vida de la víctima.

Una situación de alto impacto fue cuando se exhibieron fotografías y filmaciones del momento en que se encontró el cuerpo sin vida de la víctima. Previamente, el Tribunal hizo observar a los familiares que se iban a exhibir imágenes muy sensibles, pero ellos prefirieron quedar en la sala y presenciar la secuencia.

El cuerpo estaba vestido, con ropas raídas -seguramente por el arrastre- y presentaba heridas de arma blanca a simple vista.

Así se constató que el 12 de julio exactamente a las 11:10 apareció el cuerpo, oculto entre la maleza, tapado por ramas y luego de las primeras prácticas forenses para el levantamiento del cadáver, a las 11:56 el fiscal Martín Gil confirma el hallazgo y hace el reconocimiento de identidad convocando a los familiares que estaban siguiendo las alternativas de la búsqueda desde calle Irazusta al Sur de Gualeguaychú.

Las audiencias continuarán hoy y mañana, además de las previstas para el 7, 8 y 9 de noviembre.
El caso

El de Susana Villarruel es el primer femicidio registrado este año en la ciudad de Gualeguaychú. Paradójicamente el 8 de marzo cumple años: el Día Internacional de la Mujer.

Susana Villarruel vivía en el barrio Toto Irigoyen, adonde llegó luego de vivir en el asentamiento de 1° de Mayo y Montana. Era una mujer muy querida por su vecinos.

En el amanecer del lunes 10 de julio perdió la vida de manera violenta. Testigos que viven en la zona aseguran haber escuchado los gritos de una mujer pidiendo auxilio, ppero la muerte violenta ahogó toda posibilidad de vida. Aproximadamente dos horas más tarde, a Ortiz se lo observa retirando dinero desde un cajero automático del Banco Galicia, utilizando la tarjeta de cobro de la víctima; como si nada hubiera pasado.

A las 23 de ese mismo día, Ortiz radica una denuncia en la Comisaría Octava por búsqueda de paradero e incluso refiere -para desviar la investigación, según la fiscalía- que ella pudo haberse ido a Misiones.

Al día siguiente fue detenido como el principal y único sospechoso y desde entonces permanece bajo prisión preventiva.


Ayer se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados. En la sala de audiencias, dos ventiladores de techos giraban casi inútilmente para disipar el aire espeso que se respiraba.
Fuente: Diario El Argentino
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