El ataque ocurrió en el paraje La Ensenada, distante 75 kilómetros de Campo Gallo, las ciudad cabecera del departamento Alberdi, de Santiago del Estero, y el único detenido por el sangriento hecho fue identificado como Walter Aranda, de 28 años.
Los cuerpos de las víctimas, Norma Gómez, de 62 años y su hijo, Julio Aranda, de 20, fueron encontrados bañados en sangre, en el piso de la habitación y en la cama, respectivamente.
Distante de sus vecinos, deseosos de lincharlo, Aranda durmió anoche en la Comisaría 18 de Campo Gallo y este sábado era trasladado a la Santiago del Estero. La fiscal Olga Gay de Castellanos lo imputó por "homicidio agravado por el vínculo y alevosía críminis causa", más "abuso sexual con acceso carnal".
La hipótesis de los efectivos de la Seccional 18 de Campo Gallo es que Walter venía abusando hace años de su sobrina. Pero esta vez, su madre se despertó sobresaltada y lo encontró con los pantalones bajos junto a la menor.
Al ser descubierto, el homicida tomó un hacha con el que primero, mató a su madre y después hizo lo propio con su hermano, aún en la cama.
Peón de obraje y tímido
Para los investigadores de la División y Delitos Complejos (Capital), Aranda se ganaba la vida cortando leña y fabricando carbón. De pocas palabras, y escasa formación, se sospecha que tenía cierta fijación con su sobrina, hija de una hermana que el jueves, junto con su pareja, viajó a Monte Quemado, Copo.El viernes a la madrugada, Walter arribó a la casa un tanto borracho y cometió los crímenes. Después de la autopsia (hecha en la víspera), la Justicia intuye que mató a la madre y al hermano, mientras dormían en el patio de la casa. Se cree que entonces, la niña se despertó y los vio muertos. El tío le dijo que alguien los había asaltado y les quitó la vida. Así, la condujo a una habitación y la sometió sexualmente.
Luego inició su plan para ocultar su culpa. Walter pidió ayuda a los gritos al vecino más cercano diciéndole que desconocidos los habían asesinado. Fue ese vecino quien alertó a la policía.
Cerca de las 6 de la madrugada arribaron los uniformados. También a esa hora, llegó la hermana de Walter. Y en ese momento, entre sollozos, la niña le confesó que su tío Walter la había violado. Luego vino la confesión del doble homicida y su detención.
Pericias
Desde mañana, la Fiscalía dispondrá pericias psicológicas y psiquiátricas para el acusado. A su vez, el martes también conducirían a la niña, quien es testigo clave de lo sucedido. A ella, Aranda le había confiado ciertas incoherencias, listas para ser decodificadas por los psicólogos forenses.Pero en función del rigor legal, la Fiscalía desandará todo lo trabajado. Se dará intervención a la defensora oficial, Eve Valev de Jensen; a los jueces de Control y Garantías, en procura de no obviar ninguna garantía constitucional. (El Liberal)
