Policiales Corrupción policial

Siete jefes policiales detenidos y uno prófugo por explotación sexual

Explotaban a 150 mujeres en la zona de Camino de Cintura, desde la seccional de Llavallol, provincia de Buenos Aires. Entre los arrestados hay comisarios y jefes de calle. Creen que también vendían droga.
Un juez federal ordenó ayer la detención de una banda de policías que controlaba la explotación de prostitutas y travestis en el sur del conurbano bonaerense. Pero en los allanamientos no solo encontraron unos papeles en donde llevaban la contabilidad del "negocio" de la prostitución en la zona del Camino de Cintura -con anotaciones como "Chicas: 3.000" o "Semanal 1.000"- sino que también hallaron cocaína y más de 50 dosis de paco listas para ser comercializadas, al parecer por la misma red. Además, encontraron 160 mil pesos en la casa de una oficial, armas con el número de serie borrado y hasta una ametralladora.

En total fueron detenidos siete policías de la Bonaerense. Entre ellos, un comisario inspector y el jefe de una comisaría de Llavallol. Otros tres policías fueron desafectados de la Fuerza y la Gendarmería buscaba anoche -en un operativo conjunto con Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial- a un ex jefe de calle de la comisaría desde donde se controlaba el negocio de la prostitución, una red de 150 mujeres.

Los detenidos por orden del juez federal Federico Villena son el comisario inspector Nicolás Félix Breglia; el subcomisario Patricio Miguel Kearny Herrera (ambos del Comando de Patrullas de Avellaneda); el subcomisario Javier Alejandro Caffarena (jefe de la seccional de Llavallol); el teniente primero Jorge Abel Virreira y los oficiales César Pérez (jefe de calle de Llavallol); Braian Fabián Robledo (también de Llavallol); y la oficial principal Claudia Yamila Ferrando (de Avellaneda).

El comisario que está prófugo es Héctor Coquean (alias "El Pistolero"), quien estaba ahora en la Jefatura Distrital de Ezeiza, pero que fue jefe de calle en Llavallol hasta 2015.
Justamente en esa comisaría, la 4° de Llavallol, ayer encontraron un maletín plateado con la credencial de la obra social de uno de los oficiales detenidos, César Pérez, una pistola Glock sin numeración y unos papeles con anotaciones que, según una fuente de la causa, "inequívocamente" hacen referencia al "sistema contable" del regenteo de la prostitución.
Allí figuran anotaciones como "Chicas: 3.000", "Semanal 1.000" o "Esso 800", que remite a las prostitutas que paran en una estación de servicio de la zona. Además, se descubrió que Pérez salía a "recaudar" moviéndose con el auto particular de Caffarena, el jefe de la comisaría de Llavallol también detenido ayer.

Tanto el comisario Breglia como los el subcomisario Kearny Herrera y la oficial Ferrando trabajaron hasta hace dos meses en Llavallol. En el domicilio de Breglia secuestraron dos autos, tres motos, un cuatriciclo, dinero en efectivo (tanto pesos como dólares), computadoras, una pistola y municiones de escopeta.

A Kearny Herrera -que inicialmente no tenía orden de captura- lo detuvieron porque le hallaron gran cantidad de armas ilegales, entre ellas una ametralladora. Pero la sorpresa mayor apareció en la casa de la oficial Ferrando: allí encontraron 160 mil pesos en efectivo, alrededor de 50 dosis de paco listas para ser comercializadas, una bolsa de cocaína fraccionada, armas, cargadores, municiones y teléfonos. El dinero estaba en una bolsa, de manera desprolija, y la sospecha es que provenía de las coimas exigidas a las prostitutas y travestis que trabajan en la zona roja de Camino de Cintura.

Según pudo averiguar Clarín, los policías que ahora estaban en Avellaneda había sido cambiados de destino por orden del ex jefe de la Bonaerense, Pablo Bressi. Sin embargo, la organización siguió trabajando porque los encargados de recaudar eran los oficiales de calle. "El sistema de recaudación era parte de la cultura de esa comisaría. Las prostitutas conocían a los policías de la calle, eran ellos los que les cobraban y las amenazaban si no les pagaban. No se resolvía el asunto con remover a la cúpula, porque los de abajo seguían recaudando", dijo un vocero.
La causa se inició en 2015 y los allanamientos se realizaron en conjunto entre Gendarmería y Asuntos Internos. En esta investigación ya habían sido detenidos narcos paraguayos de la zona, pero esta vez el fiscal Sergio Mola pidió ir por los policías.

Clarín.
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