Policiales Gualeguaychú

Comenzó el juicio contra acusado de golpear y abusar de su ex novia

Ezequiel Martínez está acusado de “lesiones leves en concurso real con abuso sexual con acceso carnal” contra su ex novia Fernanda Otero. La víctima volvió a narrar todas las vejaciones y se quebró durante su declaración.
El Día.
Foto: El Día.
A pesar de que el caso se originó el 6 de febrero de 2012, la brutalidad que se acusó repercutió en las redes sociales y golpeó fuerte en la opinión pública de Gualeguaychú. En aquella oportunidad, una joven de 27 años denunció a su pareja, dos años mayor, de haberla sometido a una brutal golpiza y a vejaciones que incluyeron un supuesto abuso sexual, con acceso carnal. Todo esto obligó a que la víctima permaneciera internada durante tres días en el Hospital Centenario.

Ezequiel Martínez, el acusado, desapareció de los lugares que frecuentaba y fue buscado intensamente, incluso de le dio aviso a Gendarmería porque se temía que saliera del país. Unos 20 días después, por el consejo de su abogado Pablo Di Lollo y acompañado de su madre, se entregó a las autoridades.

La madre y hermanas de Fernanda Otero, indignadas por el caso, organizaron una marcha por Gualeguaychú en la que fueron acompañadas por unas 60 personas, y que culminó en el Palacio de Tribunales. En aquella ocasión fue recibida por el entonces juez de Instrucción Nº 3, Sergio Carboni, que escuchó todo el relato que le realizó la joven sobre lo que le había tocado vivir.

Dos años y tres meses después comenzó el juicio de la causa que se inició por el antiguo sistema penal, por lo tanto, los funcionarios judiciales que actuaron son aquellos encargados de las llamadas “causas residuales”.

El Tribunal estuvo conformado por la ex jueza Correccional Alicia Vivian y secundada por los actuales jueces de Garantías y Transición Arturo Dumón y Mariano López. Por las partes, Mauricio Derudi representó al Ministerio Público Fiscal, Fabián Otarán a la querella y Pablo Di Lollo a la defensa.

Por tratarse de un juicio desarrollado bajo el viejo sistema judicial, no hubo alegatos de apertura. El primero en declarar fue el imputado, que brindó una versión diferente a la denuncia, “diametralmente distinta”, enfatizó su defensor.

Martínez señaló que ambos fueron a la casa de Camino de la Costa y que mantuvieron relaciones sexuales consentidas. Describió a su ex novia como una mujer celosa y dijo que la discusión fue por culpa de ambos, pero que fue ella quien empezó a agredir.

Posteriormente fue el turno de Fernanda Otero. Volvió a ratificar su declaración que realizó en instrucción, con todos sus detalles. Indicó que ella nunca pudo bajar del auto y que no tuvo otra alternativa que ir hasta la casa. También agregó que antes de ingresar al inmueble, Martínez la agarró del cabello.

Cuando se le preguntó, Otero señaló que a ella le resultó extraño la forma violenta en la que actuó su novio, porque si bien había sido agresivo en otras ocasiones, fue la primera vez que le pegó.

Di Lollo indicó que los testigos convocados por la defensa, acreditaron que Otero era una novia celosa, que le molestaba que Martínez estuviera conversando con mujeres. “A mi criterio, ella hizo tres declaraciones distintas, una cuando realizó la denuncia, otra en la instrucción y otra la de hoy (por ayer). Modificó situaciones de los hechos, lo que da la pauta de que la supuesta secuencia lógica no es tal. Cambió una circunstancia, que no es una circunstancia menor”, opinó el letrado.

Sin dudas que para Otero fue un momento muy duro recordar y volver a repetir con detalles todo lo que le tocó atravesar esa madrugada del 6 de febrero. Durante su declaración ante el Tribunal, la víctima se quebró en dos oportunidades.

Los testimonios

En la primera audiencia declararon dos testigos civiles, una clienta del boliche donde trabajaban los protagonistas de la historia, que dijo haber visto escenas de celo de ella hacia él, pero nada trascendental. Luego dio su testimonio un amigo del imputado, que reconoció haber sacado unos colchones y ropa de cama de la casa del Camino de la Costa, tres días después del hecho denunciado.

Dos médicos del Hospital Centenario, que atendieron a Fernanda Otero durante su internación, brindaron un testimonio sobre las lesiones que recibió la joven. Hoy acercará el informe que realizó en la instrucción la psicóloga María Eugenia Covacich, que contuvo a la víctima y según se pudo saber con anticipación: “es un relato verosímil que demuestra que no hay fabulación”.

También estará presente el psiquiatra del Juzgado de Menores, Elbio Riglos, que evaluó a Martínez luego de su detención y procesamiento. Por último, se espera que aparezca un testigo, presunto dueño del inmueble, que fue citado a declarar ayer, pero que no concurrió.

El caso

En febrero de 2012, mientras Fernanda estaba internada en el Hospital, su madre relató lo que su hija le había contado sobre cómo ocurrieron los hechos.

La joven trabajaba en un boliche en la zona de la costanera atendiendo una de las barras. Su pareja también hacía lo mismo, pero esa noche tuvo su día libre. Según la madre de esta joven, la pareja de su hija era muy celoso y durante esa noche le hizo varias escenas, “incluso le arrojó una lata de cerveza”. “Mi hija lo había querido dejar hacía tiempo pero por las amenazas no lo hizo”, señaló.

Luego del boliche, el joven habría obligado a su pareja a que lo acompañara a una vivienda en el Camino de la Costa y la chica le dijo que “prefería ir a su casa porque estaba cansada, pero ante la insistencia y visto cómo se había comportado durante la noche, mi hija accedió”.

Se habrían retirado en un remis y una vez que bajaron del vehículo comenzó la pesadilla para la joven. “De entrada la empezó a golpear, la llevó hasta adentro, le dijo que se callara la boca, la volvió a golpear de la peor manera, le pegaba con el puño, la mordió en la oreja y en el hombro, le pegaba patada en los gluteos, con la cabeza de mi hija hizo una bolsa de boxeo”, detalló la madre.

“La agarró de los pelos y la azotaba contra el inodoro y la pared mil veces, la hizo orinar en el piso. La tuvo desde las 8.30 hasta las 14 horas, ella hizo todo lo posible por defenderse pero me dijo que ya no le quedaban fuerzas, no podía luchar con él, parecía que estaba endemoniado”, narró angustiada la madre y con lágrimas en sus ojos.

“Yo lo único que quiero es que la gente sepa que a mi hija la golpeó hasta casi quitarle la vida, le metió el miembro en la boca, le tapó la nariz y le pegó un puñetazo en el estómago que la dejó sin respiración. Ahí mi hija dijo ‘no veo más a mi familia”, continuó.

La chica relató a su madre que “continuamente suplicaba para que la dejara ir porque ya la había golpeado bastante, pero parecía que era a propósito, era como echarle leña al fuego, ella lo agarró de los testículos y él más se enfureció, y después que la terminaba de golpear daba la vuelta y se posaba sobre una ventana para ver lo que ella hacía”.

El relato es estremecedor, pero la madre mostró fuerza en cada una de sus palabras hasta que contó un momento culmine. “La desnudó, le echó agua fría, la orinó, le dijo que se prepare que le iba a hacer el amor, como ella estaba tan golpeada le dijo que lo dejara para otro día pero él insistió y ante el miedo no tuvo otra cosa para hacer, él hizo lo que tenía que hacer, terminó y se acostó al lado de ella como un enamorado cualquiera”.

Esta madre contó que cuando llegaron a la vivienda, el joven le arrancó el jean que tenía puesto y toda la ropa interior, por lo cual no le quedaba ropa en buen estado. “Después que le hizo el amor, él se quedó dormido y ella aprovechó para escapar, se puso lo que había y cuando salía se encontró con el dueño de la casa que le preguntó qué le había pasado y ella le dijo fíjese lo que me hizo”, explicó la mujer sobre el calvario que vivió su hija.

Antes de escapar, la joven agarró un teléfono celular y se comunicó con una remisería para que un vehículo la levantara en la guardería de lanchas, “ella nunca se desmayó ni perdió el conocimiento”. De allí se dirigió a la Comisaría Tercera y radicó una denuncia por lo que le había sucedido. (El Día)
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