









José Alberto Cabrera, mecánico maquinista del Crucero General Belgrano, remarcó que “esto nos toca de lleno, más cuando tocó el agua y me acordaba de los 323 muertos. Son años, pero lo recordamos permanentemente. Y con el paso del tiempo, duele mucho más, pero hay que seguir luchando, porque las Malvinas son argentinas. Me cuesta hablar, la emoción me invade”, sostuvo quien iba en la sala de máquinas, donde impactó el torpedo. “Gracias al Señor estoy acá”, remarcó.


