En Paraná, la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Subsecretaría de Juventud, la municipalidad de Paraná, el Registro Único de la Verdad y la Multisectorial por los Derechos Humanos, tiene como objetivo conmemorar el Día Nacional de la Juventud, organizó un encuentro para los jóvenes y recordar a las víctimas de aquella noche.
Hubo talleres abiertos dónde se abordaron temáticas de violencia de género y diversidad sexual, entre otros temas vinculados a las juventudes. Además, se realizaron batallas de rap y Hip Hop, y se colocará una Baldosa de la Memoria para recordar a los militantes secundarios del boleto estudiantil en Paraná, Luis Fadil, Eduardo Germano y Mario Menéndez, detenidos y desaparecidos entre 1976 y 1977. “Fue una jornada larga, muy linda con talleres que organizaron los propios secundarios de las escuelas de Paraná. Para cerrar la actividad, hubo un espacio de FreeStyle”, expresó a Elonce TV El coordinador de DDHH de la Municipalidad de Paraná, Camilo Soñez
“La gente de a poco se fue sumando a esta propuesta para celebrar el Día de la Juventud y recordar La Noche de los Lápices”.
Por su parte, Daniel agregó que “es una nueva manera de repartir la reflexión con nuevos espacios para los jóvenes, que a través de sus lenguajes recuerden este hecho.
La noche de los lápices
La noche del 16 de septiembre de 1976 se inició un operativo conjunto de efectivos policiales y del Batallón 601 de Ejército para capturar a 10 jóvenes que tenían entre 16 y 18 años, y en su mayoría eran integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), quienes reclamaban por el boleto estudiantil secundario gratis.Esa noche, irrumpieron en el departamento donde vivía la familia Ungaro en la ciudad de La Plata y secuestraron a Horacio Ungaro, de 17 años, junto a un amigo que se había quedado a dormir en la casa de éste: Daniel Alberto Racero.
Además de Horacio y Daniel, fueron secuestrados Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone y Francisco López Muntaner; en tanto el 17 de septiembre los represores apresaron a Emilce Moler y Patricia Miranda y cuatro días después fue detenido Pablo Díaz, pero una semana antes habían secuestrado al estudiante Gustavo Calotti.
Los jóvenes, militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), habían marchado en reclamo del boleto estudiantil, beneficio suspendido tras el golpe militar, por eso a este hecho se le denominó "La noche de los lápices"
Todos fueron conducidos al centro clandestino de detención "Arana", donde se los torturó durante semanas, y luego se los trasladó al Pozo de Banfield.
Moler, Díaz, Miranda y Calotti recuperaron la libertad, en tanto los seis restantes permanecen desaparecidos.