La Escuela del Bardo, ubicada en Avenida Almafuerte 106, apuesta hace 21 años al arte y esta semana volvió a su lugar.
“Los alumnos también siempre están esperando volver a la presencialidad, porque nuestra actividad tiene que ver con los cuerpos presentes y por ahí la virtualidad, es un especio de resistencia. Volver a vernos, para nosotros es fundamental”, dijo.
Juan comentó que luego de la primera cuarentena larga “las personas salieron con ganas de sumarse a actividades y ahora va al revés. Por las condiciones y no saber si se puede o no hacer tal cosa, la matrícula de la escuela mermó”.
“Afortunadamente desde principio de año podemos mantener tres espacios y estamos haciendo lo que nos gusta hace y podemos hacer en este contexto”, finalizó. Elonce.com
