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De policía a cura, una vocación que se desencadenó con visita del Papa a Paraná
Sergio Hayy, hoy es el párroco de la Iglesia San Agustín de Paraná. El día de la venida del Papa, hace 33 años, su vida estaba "lejos de ser lo que es hoy". En diálogo con Elonce TV, contó cómo surgió su "llamado vocacional".
Sentí su mirada sobre mí, ahí nació mi llamado
"Con el tiempo fue madurando que quería vivir consagrado para Dios. En una ordenación sacerdotal a la que fui invitado, Monseñor Karlic la presidía, cuando dijo 'tomen, este es mi cuerpo; tomen esto es mi sangre. Hagan esto en memoria mía'?, ahí fue impresionante lo que sentí dentro mío, que Jesús me decía 'vas a ser esto toda tu vida'. Eso era hacer la Eucaristía, comprendí que para hacer la eucaristía hay que ser sacerdote", mencionó Hayy.
Destacó que esa situación en su vida "fue como otra 'bomba'. Ahí sí, renuncié a mi profesión de policía y entré al Seminario. Fue algo muy claro: Dios quería que sea un sacerdote".
El día en que llegó el Papa a Paraná, "fue un día hermoso, de sol, como hoy. Ese día sentí que Dios nos llamaba a vivir con la esperanza en el mundo, la esperanza en los hombres. Ese día, cuando nos íbamos a nuestros hogares, no era lo mismo que cuando habíamos llegado. Al irnos de ahí, todos teníamos los rostros encendidos. Nos habíamos encontrado con el Papa y con Dios, a través de él, y con los demás, como hermanos. Era un clima de mucha alegría, era un pueblo de Dios que retornaba a sus hogares, habiéndose encontrado con Dios", aseveró.
"Fue un llamado especial para muchos que vivimos la visita de Juan Pablo II"
"Es un tiempo diferente", dijo, comparando la jornada del 9 de abril de 1987 con la de hoy, aunque "en cada tiempo Dios nos abre a una respuesta. Tenemos que estar en nuestras casas actualmente, pero lo peor que nos podría pasar en este tiempo sería encerrarnos en nosotros mismos y quejarnos de nuestro tiempo. Dios espera una respuesta, le tiene una manera de responder a este tiempo. Cada persona tiene que descubrir cuál es ese modo".
