"Este año no tuve tanto trabajo como años anteriores, lo que veo es que por el costo de los uniformes, la gente va a optar por pedir prestado o comprar uniformes usados, salvo que busquen a una modista o una mamá, alguien que se anime a confeccionar los uniformes", comentó Gabas.
"Entre comprar un uniforme nuevo y que lo realice una modista, hay como mil pesos de diferencia" indicó Gabas, y contó "yo trabajo con una sedería que si compro por cantidad me hace precio. También, si vienen mucho chicos de un mismo curso o hermanos les hago un descuento, para que los padres no tengan gastos extras". Sobre la situación actual, dijo que "a esta altura del mes, el año pasado, yo estaba con mucha demanda. Este año los padres buscan confeccionar el uniforme del año pasado así no tienen que comprar uno nuevo".
También manifestó que, "otro caso que veo desde el año pasado, es que las chicas alquilan sus vestidos de recepciones que usan una noche, para poder pagar sus estudios. Entonces vienen al taller para que lo exhibamos y así poder alquilarlo".
"Hoy en día las telas para los vestidos están muy caras, entre ocho y diez mil pesos. En el local alquilo un vestido por dos mil o tres mil pesos, incluido el seguro de suciedad o rotura" indicó al finalizar la charla.