Paraná Aniversario Nº 50

Las historias y recuerdos que rodean la construcción del Túnel Subfluvial

El programa Buenas Noches, de Elonce TV, se trasladó al Peaje Paraná del Túnel Subfluvial y conoció gran cantidad de historias que emocionaron a todos. Giran en torno al trabajo, la amistad, el compromiso y amor.
El túnel subfluvial que une Paraná y Santa Fe es, además de un nexo histórico, una proeza de ingeniería. Y este 13 de diciembre cumplió sus primeros 50 años de vida. Una rica historia lo constituye. Esta obra única en el país, fue el primer gran paso para sacar a Entre Ríos del aislamiento que históricamente le dio su característica de isla. Todos los otros puentes actuales para cruzar los dos grandes ríos Uruguay y Paraná, vinieron después.

El túnel lleva hoy el nombre de los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe que acordaron su construcción: Raúl Uranga y Carlos Sylvestre Begnis.

Su construcción demandó más de 7 años. Miles de obreros durante ese período, cientos de historias y anécdotas rodean a estos 3 kilómetros de ruta bajo el lecho del río Paraná.

Este viernes el programa Buenas Noches, de Elonce TV, se trasladó al Peaje Paraná del Túnel Subfluvial y realizó una transmisión especial que estuvo cargada de emociones. Por allí pasaron ex trabajadores que contaron detalles y anécdotas sobre la construcción de esta obra. También hubo espacio para el amor y la amistad.
Un sinfín de historias se dieron a conocer y emocionaron a todos. Lo que generó la construcción del Túnel y posterior inauguración generan orgullo y felicidad en los habitantes de la provincia de Entre Ríos y también de Santa Fe.

Familiares de aquellos ex trabajadores que ya no están también se acercaron a brindar su testimonio. Resaltaron el compromiso, la voluntad y la energía que todos los trabajadores ponían día a día, durante muchos años, para levantar el emblemático Túnel Subfluvial. Las trabas burocráticas fueron muchas pero el objetivo finalmente se cumplió y hoy todos pueden disfrutar de esta importante obra de ingeniería.
"El día que se inauguró el Túnel nació mi hija y me lo perdí, pero tengo una gran emoción"
Javier Gastiazoro tiene 78 años y es topógrafo. "El día que se inauguró el Túnel nació mi hija Verónica. Me perdí la inauguración. No tuve manera de elegir, fui al nacimiento de mi hija", relató en diálogo con Buenas Noches, de Elonce TV.

Aseguró que "hacía todas las medidas que llevaba el Túnel, junto a mi patrón. Tengo una emoción bárbara. Me trae muchos recuerdos, todos los años me acuerdo. Trabajé desde el año ´62 hasta el ´70 en el Túnel. Trabajé en el dique seco, tomaba las medidas de los tubos, cada 50 centímetros tenía que medirlo y llevarlo a los planos. De ahí se pasaba todo a los hormigoneros".

"Si se hacían impurezas en el hormigón teníamos que rasparlo para emparejarlo, que quede liso. Un dique seco un cilindro móvil en el medio, dos cilindros al costado que eran fijos", señaló.

Indicó que "siempre estuvimos seguros de que estaba todo bien y perfectamente construido. Con la manta protectora que le pusieron arriba no se va a socavar, no se rompe. Tiene como seis centímetros de plástico alrededor de los tubos".

Como recuerdo de aquella época se quedó con una víbora de 2,10 metros. "La capturé de la laguna. Le pisé la cabeza y la cola y la agarré. La llevé a mis compañeros que estaban en la carpa. Me quería enredar, la tiré para atrás, se pegó con la cañería y se murió", agregó.

También tiene una piedra de las tantas que caían desde el Túnel y recuperó un recibo de sueldo. "Cobraba 30 pesos la hora cuando empecé. Empezábamos a las 6 o a las 18 a trabajar", dijo.
"Cuando era chico esto era un bañado y hoy en día ver este Túnel es increíble"
Erasmo Moreno tiene 77 años, es albañil y estuvo en distintos sectores de la construcción del Túnel. "Estoy muy contento. Estuve con los mosaicos, con el hormigón, fierro, madera, todo. Para todo trabajaba. Terminé la colimba y decidí trabajar en la construcción del Túnel. Vine y me preguntaron qué sabía hacer. Mi respuesta fue: lo que me manden. Desde entonces estuve siete años trabajando, no falté ni un día", resaltó.

Asimismo, dijo que "trabajábamos de lunes a lunes, teníamos franco rotativo. Trabajaba ocho horas, después venían cuatro horas extra y si uno quería seguir trabajando, no había problema. Era un orgullo trabajar acá, daba gusto. Al final de cada quincena nos llevábamos buena plata. En una quincena cobrábamos 368 pesos, de esa época".

"Me hice muchos amigos trabajando acá. Tuve la suerte de tener un compañero de trabajo, Carlos Franco, que era el número 18 de foja de trabajo, yo era el 571. Con él empezamos trabajando juntos y terminamos juntos. Venía en moto a trabajar, él en bicicleta", comentó.

Explicó que "muchos decían que era una obra que era de mucho riesgo, que iba a haber gente que podía morir. Murieron seis compañeros. Accidentes hubo varios".

"Cierro los ojos y me acuerdo de cuando tenía 13 años, esto era un bañado. Veníamos a pescar acá. Hoy en día ver este Túnel es increíble. El día de la inauguración no pude estar, andaba por Conscripto Bernardi", comentó.

"Se formaban cuadrillas y se habían inventado las molduras. Se ponían los azulejos, se los cortaba y colocaba. El resto estaba todo listo", finalizó.
Alumnos de la escuela República de Chile cruzaron el Túnel mientras estaba en construcción: "Era una maravilla"
Nilda Martínez, ex docente contó que "era maestra de la escuela República de Chile cuando se me dio la oportunidad de pedir un pase para poder pasar con los chicos que iban a Córdoba en noviembre, antes de la inauguración del Túnel. Era el viaje de estudio. Nos dieron el aval, se lo pedí a mi hermano que en ese momento era Ministro de Gobierno. Pasamos con una alegría tremenda, los choferes lloraban de la emoción. El Túnel no estaba terminado todavía".

"Sentimos tanta alegría, gritos, los chicos se abrazaban, era una maravilla. Desde que nacimos los paranaenses sabíamos que éramos los postergados. Fue un viaje de 18 minutos ese cruce, despacio y con un guía", manifestó.
Víctor Cáceres, indicó que "yo era uno de los alumnos que fue al viaje de estudio. Era el último año y tuvimos que hacer una observación para realizar un trabajo que se mostraría al resto de la escuela. Nos llevaron hasta la boca del Túnel y el dique seco. Conocíamos lo que era pero desde afuera".

"Tengo un recuerdo de los chicos de la promoción 1969. Cumplimos 50 años de egresados como el Túnel. Éramos cuatro cursos los que atravesamos el Túnel. Había que ir despacio porque había gente trabajando, así que un guía nos iba explicando todo", dijo.

Recordó que "queríamos saber qué había en el Túnel, si nos íbamos a encontrar con agua o cómo era. No se sabía nada".
La primera mujer inspectora de Tránsito del Túnel: "Es hermoso, me encanta trabajar acá"
La primera mujer inspectora de Tránsito del Túnel, Patricia Videla, expresó que "estoy feliz, contenta, agradecida. Es hermoso, a mí me encanta trabajar acá".

"Luego de 50 años una mujer entra a trabajar como inspectora en este lugar. Fue animarme y aceptar la posibilidad. Controlo en tránsito que pasa por el Túnel, ya sea algún desperfecto mecánico, la altura de los vehículos, controlar para que el servicio sea fluido, rápido y sin mayores controversias", explicó.

Asimismo, dijo que "estamos permanentemente en contacto con el lado de Entre Ríos y otro de Santa Fe".

"Feliz cumpleaños al Túnel, estoy feliz de ser parte de esto, de estar aquí cuando se están cumpliendo 50 años de esta gran obra. Jamás me lo hubiera imaginado", resaltó.
El amor entre una paranaense y un buzo alemán que trabajó en el Túnel
Se llevan 20 años de diferencia. Ella primero no quería nada, pero luego él la conquistó. Se casaron, se separaron y después volvió el amor.

María Ester Steffens, contó que "estoy emocionada. Primero pasábamos con lanchitas y balsas. El Túnel es algo maravilloso. Entré con mi marido hasta que estaban poniendo el tubo 17. Sentí el ruido del agua, me asusté y salí".

"Lo conocí cuando tenía 24 años y él 44 años, era alemán. Era el jefe de los buzos, tenía 20 buzos a su cargo. Era contratista de la empresa. Nos conocimos por unos amigos, charlábamos y nos enamoramos. Primero lo veía demasiado viejo para mí. Era demasiado lindo. Él vino de Alemania pero su trabajo no era en un solo lugar, sino que iba rotando por distintos puntos del país. Allá pasó la guerra cuando tenía 14 años", relató.

Comentó que "vino siete años antes al Túnel para probar si se podía llegar a hacer en la parte más profunda. En ese lugar había 30 metros pero el Túnel está 30 metros más abajo del lecho del río. Querían ver si se podía sostener porque tenía que estar muy abajo para que no lo afecten ni las crecientes ni las bajantes del río. Nación no pasaba el dinero y se tuvieron que ir".
"Nos conocimos, nos casamos primero en Buenos Aires y cuando le tocó irse a Irán e Irak para hacer una prueba nuclear nos tuvimos que distanciar porque no podíamos ir las mujeres. Eran grandes viajes, mi mamá estaba enferma, nos separamos. Cuando se jubiló, 20 años después, nos volvimos a ver. Él mandaba cartas prometiendo que volvería. Viajó por todo el mundo trabajando. Tengo todas las cartas guardadas. Pese a que al principio dudé me atrapó, fue el amor de toda mi vida", recordó.

"Era buenísimo, excelente persona, pero como buen alemán era terco, podía estar 24 o 48 horas trabajando. Mi marido no usó el traje de hombre rana porque tenía que caer sin moverse. Su traje pesaba 190 kilos para que quedara en un solo lugar porque los tubos eran ensamblados. Dos veces lo sacaron casi muerto. Se desbarrancó una pared de arena, estuvieron como cuatro meses intentando colocar el tubo número 13, parecía realmente la yeta", aseguró.
Escribió un libro contando toda la vida de su marido, para poder recordarlo y revalorar su trabajo en la construcción del Túnel.

"Cuando vi los fuegos artificiales del inicio de los festejos lloré. Siempre que paso por el Túnel siento una emoción muy grande. No tuvimos hijos juntos, pero crie prácticamente a sus dos hijos. La hija me llamó y me dijo que se sentía orgullosa", expresó.
"La experiencia del Túnel me sirvió para el resto de mi vida"
Jorge Folmer, explicó que "trabajé casi tres años en el Túnel. Fue algo muy lindo, importante, mucha seguridad, comprendían mucho al que trabajaba, nos tenían bien a todos. Empecé como carpintero pero después hice muchas cosas".

"Como carpintero de navegación trabajé en las lanchas, trabajé en la isla flotante a la que le hice barandas, muebles, bancos, todo en cedro. Trabajé en las máquinas que empujaban los tubos, desde el dique seco y los amarraban en el río", aseguró.

"En la isla flotante era una parte fundamental porque la ponían entre los buzos en posición para poder bajar los tubos en dirección y guiarlos, moverlos hasta que queden en su lugar. Fue una obra de ingeniería, llevaba mucho tiempo porque trabajar debajo del agua no es fácil y siempre había algún inconveniente", dijo.

Asimismo, informó que "trabajé en la compactación de la arena. Mandaban a todos los jóvenes, generalmente por la noche, a la isla solis. Ahí trabajábamos con los cables estantes, que son lingas que están en carreteles y ahí había que hacer fuerza para moverla de un lado a otro. La arena tenía que quedar dura como hormigón porque ahí se apoyaban los tubos".

"Se hizo con tanta seguridad y precisión este Túnel que por eso está así, intacto. La empresa tenía el entusiasmo para hacer todo bien. La enseñanza que me llevo es que uno desarrolla mucha experiencia y eso lo ayuda a salir de otros problemas que se van presentando a lo largo de la vida. La experiencia me sirvió para toda la vida", comentó.

Indicó que "nos levantábamos con ganas de venir a trabajar, con entusiasmo. Trabajé también en las calzadas, donde se unen los tubos. Hubo muchos problemas con el tubo 2 cuando lo colocaron, no podían dar con la conexión y hubo un escape. Se gastó mucho hormigón pero después se siguió perfecto".
"Hubo mucha demanda por parte de la población local y regional para que el Túnel se construyera"
La arquitecta Mariana Melhem, especialista en Patrimonio Cultural, escribió un artículo sobre el Túnel denominado "Las puertas de la Mesopotamia". En diálogo con Buenas Noches, aseguró: "hace unos diez años atrás, un poquito menos, un programa de televisión me pidió que hiciera una investigación para referirnos a la ciudad de Paraná, y en especial quería sobre el Túnel. Hice una indagación sobre la problemática concreta del túnel, recorrí las notas periodísticas de la hemeroteca santafesina, desde el año 1918 hasta la inauguración. Me encontré con la nota del año 18 que anuncia que el legislador Méndez Casariego, de Entre Ríos, planteaba una conexión vial entre la provincia de Entre Ríos y la provincia de Buenos Aires, uniendo Ibicuy y Baradero. Eso fue aplaudida por una parte, pero por otra, fue cuestionada, sobre todo por los vecinos de esta zona porque decían que no había escala en el vínculo, que iba a ser muy cara la obra, porque era mucho el tramo de viaducto a resolver" y además porque planteaban que era muy caro el vínculo entre Paraná y Santa Fe que era mucho más interesante unir dos capitales que dos ciudades. Las iban a unir por un puente".

"Empieza a definirse la idea del túnel, como una decisión política concretamente, con Uranga y Silvestre Begnis que encontraron al forma de realizar esa conexión vial que querían desarrollar desde hace mucho tiempo, porque la Mesopotamia en su conjunto, lo necesitaba", hizo hincapié.
En los años 30 "se había empezado a construir el enlace vial Paso de los Libre- Uruguayana. Esa conexión implicaba que la Mesopotamia iba a quedar unida primero a Brasil y luego al resto de la Argentina. Con ese fundamento y de la mano de muchísimos actores, se propició la construcción de un eje este oeste, en vez de seguir contribuyendo a la formación del eje norte-sur
", recordó.

"El gesto estratégico lo tuvieron los gobernadores que encontraron la forma de realizar la obra, pero en realidad hubo mucha demanda por parte de la población local y regional para que esto sucediera. Para que una vez y por todas, la Mesopotamia quedara vinculada al territorio nacional", hizo hincapié la arquitecta.

En tanto resaltó: "Hablamos de patrimonio arquitectónico, pero también hablamos de patrimonio cultural, de paisaje cultural. Es una forma de atar lo que el río separa, o en todo caso es una forma de devolverle al río su condición de atar o vincular".

"Tenemos una obra patrimonial hecha por un conjunto de personas, pero que lleva el sello de un arquitecto, Mario Roberto Álvarez, que es un reconocido arquitecto de la Argentina y que después va a hacer la sobras de Salto Grande", apuntó Melhem.

Y para finalizar dejó como anécdota: "El gobernador Uranga haciendo tiempo en Buenos Aires para reunirse con el Presidente Frondizi, a quien le reclama que disponga la ejecución del túnel porque los mesopotámicos estamos cansados de vivir en el barro, le dijo".
"Mientras estábamos en dique seco fabricábamos los tubos. Se los hacían de a cuatro"
El ingeniero civil Juan Seba, quien hoy cumple 88 años, dijo Presente en los festejos del Túnel. "La obra tuvo dos etapas, la preparación de los tubos, su fabricación y depósito en el lado Santa Fe, y los trabajos accesorios que se hacían para colocarlos en la zanja para colocarlos luego en la isla flotante. Mientras estábamos en dique seco fabricábamos los tubos. Se los hacían de a cuatro, en un tiempo de tres o cuatro meses. Teníamos todos los equipos y los alemanes eran muy organizados", comentó.

A su vez explicó que el fondo del dique seco "tiene que estar mucho más abajo que la superficie que el agua del río, para que cuando se inunda el dique seco, los tubos floten. El dique seco tiene dos cilindros fijos pegados a las paredes y un cilindro móvil que se pega a los otros dos y que es hueco. Cuando lo ponemos pegado a los otros dos, lo cargamos de agua con las toneladas necesarias, bajan y se pegan a las gomas de abajo".

Comentó que la época en la que se construyó el túnel "se trabajaba mucho, yo lo hacía de mañana y tarde".

"La forma de hacer el túnel fue de administración delegada. Nosotros poníamos la plata, el consorcio iba y compraba, por ejemplo un barco o un metro cúbico de arena, y nosotros teníamos que controlar que ese precio haya sido por licitación. En la inspección de obra teníamos un equipo especializado para controlar al consorcio la licitación", mencionó.

Seba recordó que Uranga y Silvestre Begnis eran muy amigos "porque jugaban al rugby juntos, cuando eran pibes, y dentro del mismo partido radical frondicista de aquella época. Frondizi, en la Nación, Silvestre Begnis, como gobernador de Santa Fe, y Uranga, en Entre Ríos fue la fórmula exacta para hacer el túnel".

"Uranga era vasco. Sale del despacho de Frondizi y le dice a Silvestre Begnis 'yo llego a Entre Ríos y le pongo impuesto hasta la lechuga, pero al túnel, lo hago ¿Vos me acompañs? Y Silvestre Begnis le fijo que si su Legislatura lo acompañaba, lo seguía. La legislatura le dijo que sí", aseguró.
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