Paraná El debate en El Ventilador

Conflictos vecinales: convivencia y mediación

Discusiones, agresiones y denuncias: Conflictos entre vecinos que ocurren en distintos sectores de Paraná y que preocupan. ¿Cuál es el problema entre vecinos más denunciado? Este y más interrogantes a dilucidar, en El Ventilador.
Ya sea por la ocupación de un espacio que no le corresponde, por ruidos molestos, por una medianera fuera de lugar, por una mascota, por las bolsas de basura, por deudas de dinero y por otros tantos motivos, las situaciones problemáticas entre quienes viven a pocos metros del otro, son habituales entre nosotros.

Frente a estos dilemas por demás estresantes, anteponer el conflicto al diálogo se nos ha hecho costumbre.

Y cuando los hechos nos superan, la violencia suele aparecer para termina agravando las cosas.
Estamos hablando de convivencia y de cómo estos problemas, cuando no se atienden a tiempo y en la forma correcta, derivan en hechos más serios que incluso pueden poner en riesgo la vida de las personas.
Mediación
Buscar ayuda frente a situaciones problemáticas de convivencia entre vecinos es una opción saludable y acertada. Y una alternativa para solucionar esas diferencias es la mediación comunitaria.

Se trata de una herramienta voluntaria que convoca a una tercera persona que cumpliendo lo que podría compararse con rol de árbitro, interviene y asiste a las partes para concretar una conciliación.

Sin la necesidad de contratar un abogado y sin tener que pasar por el mostrador de Tribunales, el mediador facilita el diálogo entre los afectados, los escucha y los asiste tratando de gestionar una solución consensuada y mutuamente satisfactoria.

¿Está difundida la mediación como una alternativa para pacificar los conflictos? ¿Qué sabemos de los acuerdos, son eficientes? ¿Qué organismos están a cargo de estos procedimientos? ¿Llegan a los barrios?
¿Cómo convivimos?
Si tuviéramos que hacernos el test del buen vecino, ¿por dónde deberíamos empezar? Tal vez podríamos comenzar por mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos si tenemos un buen trato con esa persona con la que estamos obligados a compartir el espacio, el medio ambiente, la vereda, el estacionamiento, a veces el patio o el pasillo.

Sabemos que ser respetuosos y expresar buenos modales puede facilitar la convivencia, pero? ¿lo practicamos?

La tolerancia y la solidaridad son valores más que importantes para la vida en comunidad.

Basta con recordar las situaciones en las que vecinos acuden en auxilio de otro ante una emergencia o cuando pasan días sin notar movimientos en la casa contigua, es un vecino el que llama alertando que algo raro sucede.

Entonces, cumplir con las normas, darle una oportunidad a la pregunta y el diálogo antes de juzgar a alguien, pueden ser claves para mejorar nuestra convivencia y con ella nuestra calidad de vida, la de nuestras familias y la del barrio.

El conductor del programa, Lalo Foncea, abrió el programa interrogando: "¿Por qué ocurren los conflictos y qué conviene hacer ante una situación de este tipo? ¿Cuál es el problema entre vecinos más denunciado? Son acaso todos los asuntos judicializables? ¿Sabemos qué alternativas tiene la persona que se siente afectada? ¿Hay lugares gratuitos adónde recurrir para lograr el fin de esas actitudes que perturban nuestra vida en sociedad?"

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"La gente tiene un concepto equivocado, nadie les va a regalar un terreno"
Mónica Olivera Pagliaruza, de Mujeres luchadoras positivas barrio Lomas del Mirador, indicó que "la agrupación surgió a raíz de un hecho de violencia en mi barrio. Un grupo de personas, casi todos varones, se habían ensañado con cuatro mujeres, una era yo. Cuando hicimos la denuncia nos dimos cuenta de que la persona violenta no tenía ninguna denuncia, siendo que era el delincuente del barrio. Nadie lo denunciaba".

Contó que "tenían problemas con todo el mundo, la gente decidía irse y nadie los denunciaba, no pasaba nada. Una de las compañeras se tuvo que ir del barrio porque le cortaron la luz, el agua. El primer día de Reyes que hicimos éramos cinco mujeres y 15 gurises. Los delincuentes pasaban con fotos de gente muerta como dando un mensaje mafioso, todo para que nos fuéramos. Nosotros insistimos y el otro día festejamos el Día del Niño con casi 400 gurises, con los hijos y nietos de la persona violenta porque nosotros no queríamos hacer la guerra, queríamos defender nuestro lugar, pacificar el Lomas del Mirador".

Comentó que "hace unos años el barrio era noticia recurrente. Hoy tenemos proyectos con los vecinos y eso pacificó la zona. Eso fue por el bien de todos. Nosotros sabíamos que no nos podíamos ir del barrio y el conflicto no podía terminar en desgracia. Una vez hubo una mediación para que no molesten. Se pusieron restricciones severas sin tiempo. Nosotras estábamos en un colapso. Yo había sido viuda hace poco y tengo tres hijos. No tenía a dónde ir, me empoderaba en mi lugar pero no buscando conflicto. Hoy en día con el violento nos saludamos".

Sobre la usurpación de terrenos, dijo que "trabajo en Catastro de la Provincia y todos los días va una persona para preguntar de quién es tal o cual terreno porque quieren irse a vivir ahí. La gente tiene un concepto equivocado, nadie les va a regalar un terreno".

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"En Capibá al 90% del conflicto lo generaban los Gonzáles"
Luis Marini, de Barrio Capibá, aseguró que "la familia de los problemas, los Gonzáles, vino del pasillo 351, de donde fueron sacados por problemas de drogas. Tenían familiares en nuestro barrio. Antes de que lleguen Capibá era tranquilo, gente de trabajo. En todo barrio hay conflictos pero no de esta índole. Desde ese momento, vecinos del barrio de Empleados de Comercio empezaron a sufrir reiterados robos. Los vecinos aguantan y aguantan hasta que se cansan".

"Los vecinos agotaron todas las instancias: con denuncias, con la Policía, con la Justicia. Luego ocurrió la muerte del joven Gusmán y después se levantó el barrio y expulsó a la familia Gonzáles. Para el 90% del barrio al conflicto lo generaban ellos. No era un capricho, todos estábamos de acuerdo. Tuvieron problemas en muchos barrios y los sacaron", agregó.

Comentó que "había tres generaciones. Está el abuelo, el padre, el hijo, el nieto y todos van trayendo su esposa, sus hermanos. Traen gente de otros barrios y van haciendo lugar. Ahora solo quedó un solo chico de esa familia en el barrio. Él siempre estuvo y antes no había problemas. En una ocasión patotearon a su vecino, lo terminaron cansando, se fue y le usurparon la casa. Así hicieron con toda la cuadra".

"El estado municipal también ha sido cómplice porque en muchos barrios les han dicho a las familias que vayan y se instalen en los terrenos porque son fiscales. Van y construyen casas de chapa, de ladrillo. En muchos casos es compromiso político", agregó.

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"Trabajamos para la Justicia e intentamos hacerla más rápida y accesible"
La Dra. Ana Díaz Minuet, de la oficina de Mediación, opinó que "estamos funcionando en el primer piso de Tribunales y nuestro teléfono es 4209409 interno 355/6. Nosotros intervenimos cuando nos remiten un legajo desde fiscalía. Primero la persona hace la denuncia, ya sea en la comisaría o en la fiscalía. Solo en los casos que hay denuncia llega a la justicia, no es así en el caso de hacer una exposición".

Aclaró que "nosotros trabajamos con un proceso confidencial, es decir, la gente puede ir y hablar tranquila con nosotros que no podemos hablar con el fiscal de lo que nos cuentan. Es un espacio de escucha. El proceso es voluntario. Nosotros les decimos que se acerquen para que nosotros les expliquemos la información asegurándonos que ellos nos comprendan y luego que elijan o no participar. Pueden pensarlo, consultarlo con un abogado o familiar. Nosotros somos imparciales y neutrales. Para nosotros son partes en un conflicto, independientemente de cómo continúen en caso de que siga el proceso penal. El proceso es gratuito, es un servicio de justicia".

"Nosotros trabajamos para la Justicia e intentamos hacerla más rápida y accesible. Nosotros no estamos para juzgarlos, estamos para ayudarlos. No estamos para ver quién tiene la culpa, no es nuestro rol", agregó.

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"Tenemos las vías usurpadas y se hace difícil la convivencia"
Alejandro Javier Milocco, presiente de la Vecinal Parque del Lago, indicó que "tenemos la zona de las vías usurpada. Son terrenos fiscales de jurisdicción nacional. A nosotros eso nos afectó porque se hace difícil la convivencia. Además nos vemos afectados con los hechos de barrio Capibá porque la señora de la familia Gonzáles fue a mi casa a pedir un naylon porque se estaba instalando en las vías, ya que le quemaron la casa en Capibá".

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"En todos los casos hay que trabajar con mucha paciencia, mucha templanza"
Raúl Menescardi, subjefe de la Departamental Paraná, señaló que "nosotros intervenimos y derivamos a fiscalía los hechos y luego interviene la justicia. Cuando el fiscal interviene y advierte que no se ha consumado el delito, le da intervención al área específica".

"Cuando hay un delito de usurpación hay que tomar una formal denuncia, darle intervención al fiscal y él da las directivas necesarias. No podemos proceder a un desalojo, actuamos según la legislación vigente. Nosotros tomamos conocimiento de los hechos cuando los vecinos denuncian", indicó.

Y agregó: "Si las personas intrusadas no han construido es más fácil porque se puede llegar a la mediación. Es algo que hay que trabajar con mucha paciencia, mucha templanza".

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"Al vecino hay que verlo como tal, más allá de su legalidad, porque si no, no podemos trabajar la convivencia"
Emilio Ruberto es Mediador de la Defensoría del Pueblo. "Todos los problemas pasan fundamentalmente por la convivencia: ruidos molestos, temas que hacen al espacio en común, medianería, no es alguno más indicativo que el otro en nuestras oficinas".

"En todas las zonas de Paraná hay violencia, no hay alguna que resalte sobre la otra en índices de conflictividad. Lo tenemos registrado en un mapa y es en toda la ciudad. La resolución violenta de conflictos es otra cosa, que en la mediación en sí, no podemos trabajar hoy con la violencia. Mañana cuando frene la violencia y los vecinos quieran ver cómo van a seguir viviendo en el mismo lugar y ahí podemos ofrecer la mediación para ver cómo conviven", afirmó. Aclaró que dentro de la Defensoría del Pueblo "tomamos a ambos vecinos en discordia, más allá de cómo es su situación respecto de la legalidad del terreno".

Al mismo tiempo, detalló que las mediaciones son gratuitas. "Somos 107 mediadores ad honorem, de distintas disciplinas, para todo lo que es mediación comunitaria y aquéllos casos que fueron denunciados ante la policía y que no llegan a ser una causa penal, los fiscales de atención primaria nos pasan antes de archivarlos a esas situaciones que quedarían con un objeto no penal".

"No es algo común la expulsión de una familia. Por lo que he visto la justicia no ha expulsado a nadie. Que el vecino esté o no intrusado, sigue siendo vecino. Mientras medie un proceso, siguen siendo vecinos, y tienen que ver como convivir. Esto es importante decirlo porque si no empezamos a creer dentro de la comunidad que cualquiera se levanta y puede sacar al vecino o pedir que se lo expulse. En doce años que estoy, el caso de Capibá es el tercer caso que escucho de expulsión por vecinos y judicialmente no he visto ningún caso de expulsión de un barrio", puso relevancia.

"Para el vecino, al de al lado, lo tiene que ver como un vecino, más allá de su legalidad, porque si lo empieza a ver como un intruso, como algo a sacar, no podemos trabajar la convivencia", hizo hincapié.

Ruberto recordó que la mediación "existe como eje transversal en la escuela secundaria, así como existe la educación sexual integral. Esta lleva 20 o 30 años, pero la mediación escolar en Entre Ríos, para ir como un tutor mediador a las escuelas, es del 2011, hasta aquí. Tuve la suerte de estar en la escuela Juan Manuel de Rosas y en la escuela secundaria Entre Ríos, como tutor mediador, pero toda escuela secundaria tendría que tener un tutor mediador. A las tutorías llegan problemas entre personas. Psicólogos, psicopedagogos o trabajadores sociales no tuvieron una formación para resolver problemas interpersonales, sino intrapersonales. Los que deben intervenir para actuar deben ser mediadores capacitados como mediadores".

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"Hay muchas vecinales interesadas en que se solucionen los problemas de los habitantes de su zona"
Liliana Monzón, desde el área de Fortalecimiento Institucional Comunitario de la policía, apuntó que "con una psicóloga social y una abogada, se trata de fortalecer mediante capacitación y a todo lo que requiera el personal policial, además de bajar asistencia y ayuda a las vecinales que lo requieran".

"Hay muchas vecinales interesadas en que se solucionen los problemas de los habitantes de su zona", detalló.

Manifestó que desde el área están "para escuchar todos los casos. La policía escucha todos los casos y luego uno los orienta a dónde deben recurrir". El teléfono para informarse es 3434709893.

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"Desde 2014 tenemos 4450 legajos y la mitad se ha resuelto favorablemente"
La Doctora María Cichero, del Centro de Mediación Penal. "Intervenimos `ya con la brasa encendida`, es lo que nos llega a nosotros. Empezamos en 2014, con el cambio del Código Penal, que pasó a ser un código de corte acusatorio y se incorpora la mediación penal. Desde ese momento hasta la fecha tenemos 4550 legajos, es decir denuncias remitidas por Fiscalías, de denuncias remitidas por particulares hechas en Fiscalía o en comisaría. De esa cantidad, hemos mediado en 2000 casos con acuerdo, es decir que la mitad se ha resuelto positivamente. De los 4450, fueron negativas solo 140, es decir que no se llegó a un acuerdo como las partes querían. Es un porcentaje muy alto que nos permite decir que el proceso de mediación penal es una herramienta de pacificación social".

"Hay un abanico muy grande de delitos en los que se puede mediar, muy poquitos quedan afuera. De eso tenemos mucha conflictividad con vecinos. Nos hemos acercado a los barrios, ofrecemos charlas, para que haya acceso a la justicia por parte de la gente; hay casos de gente en situaciones muy vulnerables o que se les dificulta asistir a Tribunales. Nosotros intervenimos cuando ya el problema devino en un delito".

En tanto dijo que los problemas barriales comienzan "con miradas, malos gestos, ruidos, es decir problemas más domésticos, luego escala a situaciones donde deviene el delito, con la amenaza, las lesiones hasta con arma de fuego, la violencia va escalando si uno interviene".

"Que se junte un grupo de vecinos para expulsar a una persona o una familia, es una situación límite y violenta, que demuestra también el coraje de la gente de poder hablar el problema", destacó.

Añadió que "al ser tan nuevo el Instituto, es distinto todo esto: las citaciones son voluntarias, son invitaciones a mediar, la gente ve que no se va con la fuerza pública a buscarlos. Si se reúnen las partes que se denunciaron es porque quisieron y eso, nosotros lo destacamos".

Respecto de las usurpaciones, que son un delito, dijo: "Usurpan un terreno y comienzan a construir, y en vez de proceder al desalojo, invitamos a mediar. Se cita primero al denunciante, luego al denunciado, y por lo general quieren reunirse en un cara a cara, para charlar y ponerse uno en el lugar del otro, y arreglan muchas veces, con el pago en cuotas del terreno".

"Lo ideal es que la mediación sea cara a cara, nosotros somos por encuentro, es el ámbito en donde uno se puede poner en el lugar del otro, pueden escuchar. No obstante, hay algunas situaciones en las que la gente puede optar, por reglamento, entre verse o no. Se puede hacer una mediación conjunta o suscribir el acuerdo por separado, es una opción, una elección, no lo hacemos cotidianamente pero si la parte quiere, sí", informó Cichero.

Asimismo añadió: "Se ha naturalizado la violencia y en muchas situaciones, desde las escuelas se propone que los chicos dejen la escuela, el victimario se queda y es estigmatizado por el resto, son chicos que sufren, el que se queda porque se queda, y el que se va, porque se va. Estamos abordando desde nuestro trabajo esta arista, yendo a las escuelas a capacitar, para darle a los equipos directos herramientas de mediación, porque, en realidad lo que falta, es la escucha".

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"A las situaciones no hay que alejarlas, invisibilizarlas; hay que empezar a verlas y actuar"
Edgardo Centurión es director de la Escuela Obispo Gelabert (ubicada en Alejo Peyret y Avenida de las Américas, de Paraná). Trabaja para tratar de evitar la llegada del conflicto y la violencia a la escuela, por parte de los chicos. "Todas las escuelas son caja de resonancia de los conflictos sociales, en cualquier lugar. Muchas escuelas públicas están situadas en contextos de vulnerabilidad, esas situaciones se dan. Los docentes trabajamos con familias con muchas necesidades y generalmente cuando conviven en esos conflictos, se traslada esa realidad a la escuela".

"Hasta emocionalmente nos afectaba mucho que nuestros alumnos venían a la escuela con esas situaciones. Trabajamos con las vivencias, muchos de los docentes le ponemos el alma y el corazón, sostenemos la escuela pública, vivimos en la cotidianeidad, también sufrimos, sentimos y tratamos de llevar adelante la situación. Cuando nos toca vivenciar estas situaciones de violencia, tenemos que no alejarlas, invisibilizarlas, hay que empezar a verlas, saber que no es el otro sino que soy yo reflejado en el otro", destacó.

Centurión apuntó que "hay situaciones muy graves, hay dolor, pero cuando uno contiene, escucha, acompaña, se generan otras vivencias; todos actuamos. No existen los chicos agresivos y violentos, sino que hay chicos que actúan violentamente, porque vivencian todo el tiempo esa situación, por eso debemos actuar. La escuela tiene hasta la obligación de mostrar otra vivencia y somos los docentes, los que tenemos que estar preparados para poder generar esas situaciones en estos contextos. La formación tiene que ser permanente".

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La opinión de los panelistas
La periodista Claudia Yauck, dijo que "la falta de planificación también tiene que ver con normas de convivencia. Quizás mucha gente termina siendo intrusa en un terreno porque de buena fe compra un loteo pero luego se encuentra con que luego no va a tener ni agua, ni cloacas, ni nada. Las autoridades municipales deben tener en cuenta el crecimiento demográfico y proyectar las obras".

El periodista Sebastián Martínez, señaló que "los conflictos entre vecinos no solo responden a una cuestión de época y contexto de crisis. Uno puede tener problemas personales en la economía, en la salud, en lo familiar. Es algo cultural: hemos perdido capacidad de diálogo. No sabemos dialogar. Saber escuchar es esencial para resolver conflictos. Hay que ponerse en el lugar del otro y tratar de buscar una posición intermedia. Parece sencillo pero con el correr de los años cada vez tenemos menos".

El panelista Mariano Kohan, manifestó que "hay problemas que hay que resolver en conjunto. Hay terrenos que son públicos y son importantes para todos los ciudadanos. Uno entiende la necesidad, la desesperación de mucha gente que se pelea con su familia y no tiene dónde vivir, pero los márgenes de los arroyos son lugares estratégicos para ciudades de buen vivir. Tiene que ser un espacio donde pasen máquinas municipales para limpiar".

La periodista Luz Alcain aportó: "Deben surgir problemas que tiene que ver con la extensión de Paraná, cuando la gente se va a vivir más lejos del centro, donde un lugar de Paraná, de repente se convierte en un barrio, donde hay determinadas reglas, determinados horarios. Hay gente que vivía en una quinta, que era alejada de la ciudad, hoy debe adaptarse a otras reglas, en un barrio común y corriente".

La periodista Ana Tepsich detalló que ella fue partícipe por un caso de usurpación: "Fui a la Fiscalía, lo resolvieron rapidísimo. Hubo mediación, obviamente uno tiene que ceder ciertas cosas, pero se resuelve. En nuestro caso, pedimos no encontrarnos con la persona cara a cara, que es una opción que se contempla, y lo resolvieron igual".
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