Paraná "Yo elijo contar mi historia"

"El 97% de las chicas en prostitución hemos sido violadas entre los 5 y 16 años"

Fue prostituta. Tras la muerte de una compañera y al enterarse que iba a ser abuela dio un giro en su vida. Reveló al El Ventilador qué lleva a la mujer a ejercer este "oficio". "Lo que recibimos son violaciones sistemáticas".
Video: "Yo elijo contar mi historia": El testimonio de una mujer que fue prostituta
"La prostitución te mata los sueños", fue la frase que se escuchó en El Ventilador, el programa que se emite por Elonce TV, donde se debatió sobre "la prostitución como elección", y "la explotación sexual como consecuencia de la trata". Elena Moncada, emprendió la aventura de contar su historia para volcarla en un libro en 2010, y lo llamó "Yo elijo contar mi historia". La mujer, nacida en Santa Fe, supo lo que era el maltrato y el desamparo desde pequeña. Era muy joven cuando un hombre la enamoró y la "preparó" para la prostitución.

Pero la muerte de una compañera fue el quiebre, y el nacimiento de su primer nieto, el momento culmine de esa vida.

"Estuve 18 años en situación de prostitución y para mí eso no es un trabajo. Lo que recibimos son violaciones sistemáticas hacia nuestros cuerpos. Actualmente con la ONG hacemos recorridas nocturnas y nos encontramos con niñas de 11 años con mujeres de 72 años que después de que dejaron han vuelto", reveló.

"Hay varias formas de entrar en la prostitución: seducción o enamoramiento de un fiolo; secuestro; el hambre, la necesidad, la vulnerabilidad de las mujeres; la droga. Uno sigue ahí porque lo naturaliza", dijo. También, expresó que "mi caso fue de explotación. Arranqué en Paraná, en la calle. Luego vas conociendo otros lugares. Me fui a Buenos Aires y volví a Santa Fe, mi ciudad natal, a armar una ONG para tratar de sacar a las compañeras de un lugar que no deben estar. La prostitución y la trata son un hilo muy fino. La trata no solo es tener a la chica atada a la pata de la cama, la trata está en la cabeza, en el dinero".

Remarcó que "lo que te hace salir es empezar a pensarte, tener otra oportunidad. La mía fue ver morir a una compañera, eso fue terrible y empecé a volver a Santa Fe. Mi hija luego me dijo que estaba embarazada y ahí dije con mi nieto no, empecé el cambio".

"El 97% de las chicas en prostitución hemos sido violadas entre los 5 y 16 años por un familiar directo. Ese fue mi caso. Eso lleva a que uno siga naturalizándolo. Son los varones los que tienen que cambiar el chip hacia sus hijos y nietos para no tener que pagarle a una mujer, porque no somos mujeres enfrascadas", agregó.
Otros testimonios
Agostina Busten, Trabajadora de Salud, remarcó que "fui una de las beneficiadas con el cierre de las whiskerías y boliches privados. Así comencé a tener reinserción laboral, terminé la escuela secundaria e ingresé a la facultad. Tengo un trabajo digno como corresponde. Hubo acompañamiento en mi caso. Dentro de todas las compañeras la única, lamentablemente, que tuvo esa oportunidad fui yo".

Contó que "desde el día 1 que salí a trabajar en la calle le dejé en claro a los clientes que no es lo que yo quería para mí, no era la vida que quería, pero en ese momento era la única forma de no trabajo, era lo único que me quedaba como alternativa para subsistir. Busqué trabajo pero por nuestra condición de ser trans o travesti no nos daba la sociedad la oportunidad de un trabajo digno".

"No queremos que se legalice la prostitución porque será un negocio"

Relató que ejerció la prostitución por más de ocho años. "Trabajé en la calle, que es mucho más peligroso que en una whiskería o prostíbulo. Normalmente las chicas trans o travestis trabajamos por nuestra cuenta y para nosotras. En Paraná la mayoría de las chicas son de Santa Fe y están manejadas por proxenetas que vienen y traen tres o cuatro chicas, las paran en una esquina y trabajan y facturan para esa persona", agregó.

Y aseguró que "el trabajo sexual está devaluado. En la época que se trabajaba bien era el 50% para el proxeneta. El otro 50% que le quedaba a la chica tenía descuentos: el viaje Paraná-Santa Fe, la ropa que le daban y las sustancias que consumían para aguantar en la noche. Les quedaba nada".

Aclaró que "las que quieren reglamentar la prostitución son las de la prostitución VIP. Son las chicas que trabajan en departamentos y en privado porque para ellas y para la gente que las regente es un negocio. Ellas no están paradas en una esquina, no tienen neumonía como nosotras, no han sido golpeadas como nosotras".
Respecto a por qué las mujeres viajan de Santa Fe a Paraná a ejercer la prostitución, dijo que "se rumorea que los clientes en Paraná pagan el doble que los de Santa Fe".

Recordó que "fui brutalmente golpeada por la Policía y nadie de fiscalía me dio respuesta. Llego un día a trabajar y baja un hombre de un auto para decirme que me vaya por las buenas o por las malas. Nosotras somos de Paraná y estamos expuestas a que parientes, vecinos, amigos nos conozcan, nos llevan a Investigaciones, nos tienen dos horas, nos toman datos y huellas para estar paradas en las esquinas. A las de Santa Fe que están acá no les piden datos. A nosotras nos tiene que requisar un personal femenino y nos requisa un personal masculino".
"La prostitución te mata los sueños"
Iara Quiroga, activista por los derechos de la comunidad Trava Trans. "Antes de adherir a la ley de cerrar los boliches, hubieran creado otro método de mayor seguridad dentro de los locales, porque cuando se iban los policías, traían a las menores", advirtió.

"Las compañeras que hemos estado en los boliches, antes, estábamos más protegidas. Teníamos otra contención, un techo, un lugar donde higienizarnos; creábamos un vínculo, un compañerismo", aseguró la activista.

"Siempre trabajé para mí. Firmaba un contrato por 15 días, una semana o más, podíamos estar viviendo un mes en el boliche y tu vida les pertenecía por todo ese mes", rememoró.
"La prostitución, para una travesti, nunca es una elección. Las travestis, mayormente, llegamos a esa situación, solas, porque estamos despojadas de hogares", sentenció, al manifestarse en contra de la regulación. "Es mentira que es un trabajo digno y que una elige, porque el prostituyente es el que tiene todas las de ganar. No hay ninguna autonomía sobre nuestros cuerpos en esa situación", remarcó.

"Cuando elegimos ser lo que queremos ser y le damos respeto a nuestro cuerpo, para sentirnos bien, no nos queda otra salida", sentenció la activista que, si bien es estudiante de la licenciatura en Trabajo Social, reconoció que, "lamentablemente" sigue viviendo de la prostitución.

"Hace 17 años que estoy en esto y la prostitución te mata el deseo, los sueños de estar con alguien, de poder crear un vínculo con alguien. No es fácil poder sostener los vínculos", reafirmó, al tiempo que confesó: "Te hicieron el cuento, volvieron a tirarte a la esquina y con denudas". (Elonce)
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