Paraná Uno de los mejores wing del fútbol

Pesar por la muerte de Houseman: El recuerdo de Candedo, su suplente y amigo

Néstor Candedo vive en Paraná y jugó cinco años con el "Loco" en Huracán. Lo describió como "un monstruo, un fenómeno, un tipo humilde y sencillo". Además, contó algunas anécdotas que vivió junto a él, supo Elonce TV.
Video: Murió Houseman: El recuerdo del ex jugador Néstor Candedo
Una noticia muy triste sacudió al mundo del fútbol: murió el "Loco" René Houseman, hombre muy vinculado a Huracán, pero que también vistió las camisetas de Defensores de Belgrano, River, Independiente y Excursionistas entre otros, además de ser una pieza clave del equipo que se consagró campeón en el Mundial de 1978.

En ese torneo, comandado por César Luis Menotti, disputó seis partidos y le marcó un gol a Perú, para un 6-0 inolvidable que valió el paso a la final ante Holanda. Cuatro años antes había disputado también la Copa del mundo de 1974, con tres tantos en seis juegos.

Es considerado uno de los mejores wing de la historia de nuestro fútbol. Tras su retiro tuvo reiterados problemas con por su adicción al alcohol y llevaba un año peleando contra el cáncer.

El programa Buenas Noches, que se emite por Elonce TV, dialogó con el ex jugador Néstor Candedo, su amigo y ex compañero en las canchas. "Estoy triste por el fallecimiento de un amigo, de un gran compañero", expresó.
Néstor Candedo

Lo describió como "un monstruo" y lo comparó con Diego Armando Maradona. "Diego tuvo una trayectoria europea y René no. Empezó en Huracán y terminó en el mismo club. Para mí fue lo máximo, el mejor puntero que vi en el fútbol, el mejor puntero de la historia del fútbol argentino. Miro mucho fútbol y no veo jugadores de las características que él tenía. Si bien es una época pasada y muchos jóvenes no lo conocieron, los que sí saben que fue un grande", dijo a nuestro medio.

Una de las anécdotas que más recuerda lo sitúa en 1977. En ese año, "una empresa lo vestía y le habían dado unos botines blancos, que en esa época no existían. Me los dio para que se los ablande en un partido de reserva que se jugaba en cancha de Vélez. Así que el primero que usó los botines blancos fui yo, después René", relató entre risas.
Video: El "Loco" Houseman
También, contó que "en un partido, cuando faltaban cinco minutos, se hizo sacar para que entrara otro jugador y ese era yo. Estando en el banco cobrábamos solo medio premio. Para que me ganara todo el premio, me hacía entrar cinco o un minuto aunque sea". Muchas veces les tocó compartir cancha: Houseman de siete, Candedo de 9 u 11. "Lo hacíamos por los otros chicos que estaban en el banco. Siempre él fue un fenómeno", dijo.

Al apodo "Loco" se lo pusieron, según Candedo, porque "era medio controvertido. No le gustaba la concentración ni mucho entrenar. Le bastaba con jugar los partidos y demostrar toda la calidad que tenía como jugador". Jugaron en el mismo equipo en 1976, 1977, 1978, 1979 y 1980.
Aseguró que René "hacia cosas vistosas, nunca se sabía qué iba a hacer con la pelota. Cuando la agarraba no se sabía para dónde iba a salir, era muy espontáneo, todo muy sobre la marcha".

Una vez, el propio Houseman reveló una de las historias mitológicas del fútbol argentino. Son muchos los que recuerdan aquel partido que Huracán y River jugaron en el Metropolitano 1977. Ese día el Loco hizo un gol, pero un gol que no recuerda porque estaba borracho. "Una sola vez jugué así. Me fui a la madrugada de la concentración al cumpleaños de mi hijo y volví borracho a las 11 de la mañana. ¿Y qué querés? Había baile y a mí me encantaba. Cuando aparecí los dirigentes no querían que jugara, pero yo les dije: 'Esperen que me duermo una siesta y después vemos'. Me dormí dos horitas, salí a la cancha, metí el gol, pedí el cambio y me fui a dormir. No daba más. Perdimos 2-1", había dicho el "Loco".

Candedo, en ese sentido, confesó que entrenaban junto al equipo, cenaban y todos se iban a dormir, pero "él no sé qué hacía. Solo los sábados teníamos permiso para ir al cine o ver un partido de la Primera B, pero nosotros mentíamos y nos íbamos a su casa a escuchar música, a fumar cigarrillos y otras cosas que no se pueden hacer en la concentración".

"Convivimos mucho tiempo y había muchas distracciones en las concentraciones, vivíamos haciendo lío. Nos apodaban el `Loco´ y el `Loquito´. Hacíamos reír a todo el mundo. Él era amigo hasta del enemigo. Todo el mundo lo quería, era un tipo sencillo y humilde".
Por otra parte, consideró que "faltó homenajearlo de otra forma porque fue campeón del mundo, del Mundial ´78. A eso mucho no se lo reconocieron porque no era titular. Él entraba y la gente se enloquecía. A Europa no fue porque creo que no había dinero para pagarlo. Es el mismo caso que si Maradona hubiera sido de esta época. Si Houseman hubiera tenido la suerte de jugar en el fútbol europeo hubiera sido otra la forma de vivir la de él".

La última vez que lo vio fue hace 10 años, cuando fue a llevar a un chico de Paraná a una prueba. "Gracias a Dios tengo muchos amigos y conocidos dentro del fútbol. A los chicos que me piden ir a probarse les doy una mano. No estoy como empresario ni nada de eso porque no me interesa. Lo que sí me interesa es darles una mano y por eso los recomiendo. A los chicos los ven y te dicen si sirve o no, o que vuelva otro día. No como ha pasado que los técnicos se ponen a conversar en la cancha y no los miran. Lamentablemente si uno va con recomendación los ven".

Finalmente, remarcó que "al homenaje se lo deberían haber hecho en vida, no ya muerto". Elonce.com
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