Si bien rige el secreto de Estado sobre la investigación, el paranaense confirmó a Elonce TV que fue convocado "por la parte civil por ex marinos submarinistas para colaborar".
Respecto de las hipótesis sobre qué pasó con el buque desaparecido, Centurión se refirió a las dos hipótesis que rodean el escenario de búsqueda.
"En un principio creíamos que fue una explosión por un incendio; eso surge a raíz de que ninguno de los tripulantes pudo accionar ningún botón mecánico para poder pedir auxilio, ya sea en las balsas, en las boyas luminosas o en las boyas sonares para ser detectados desde la superficie. Otra hipótesis, es que si las baterías explotaron, se contaminó todo el oxígeno que hay dentro de la parte interna del submarino", explicó el ingeniero paranaense. Centurión hacía referencia a una de las versiones más verosímiles sobre la desaparición del buque: una explosión producto de un cortocircuito en el bloque de 960 baterías que dan energía al TR-1700. Ese cortocircuito habría generado un arco voltaico entre las baterías y el casco de la nave. Algo así como un relámpago en un recinto cerrado, un relámpago imparable. De haber ocurrido eso, la onda expansiva podría haber tenido consecuencias letales dentro de la nave, aun cuando no hubiese puesto necesariamente en riesgo de colapso el barco.
Cuando se le consultó al especialista en rescate por la posibilidad de que haya vida dentro del ARA San Juan, éste indicó: "No pasaron tantos días en relación a la cantidad de oxígeno, pero si está contaminado por el tema de las batería, estarían al límite".
El ingeniero paranaense construyó una batisfera escafandrilus, una escafandra gigante construida con fibra de carbono, la cual tiene capacidad para cuatro buzos y 400 metros de profundidad.
"Este aparato es para rescatar personas, tiene una ventosa para salir al casco y con un electrodo especial, se corta parte del casco para que la gente empiece a subir. No tiene tanta capacidad, se sube de a ocho, se hace una compuerta, se tapa y se vuelve", explicó. Elonce.com