Paraná Los alimentos en la mesa

Plaguicidas: Dicen que no se puede controlar las hortalizas de otras provincias

Productores hortícolas locales afirman que en la zona se cumplen las normas pero muchas hortalizas llegan de otros distritos. "No podemos aseverar qué pasa con la producción que entra de otras provincias", afirman.
Un estudio académico volvió a poner en escena un tema preocupante: la alta toxicidad de los productos hortícolas, a raíz del uso de plaguicidas. El trabajo realizado por las universidades de Buenos Aires (UBA) y La Plata (UNLP) planteó que cuatro de cada 10 frutas y verduras que se consumen en Capital Federal, no cumplen con la norma sobre uso de plaguicidas.
El estudio consistió en la búsqueda de residuos de plaguicidas (insecticidas, fungicidas y herbicidas) en 85 muestras de naranjas, morrones, lechugas, zanahorias y tomates (ver recuadro Alimentos contaminados en la mesa).

En ese marco, el productor local Mario Bevilacqua, afirmó que la producción hortícola de Paraná está siendo relevada en forma permanente por el Senasa. "El instituto realiza controles y estudios permanentemente en el Mercado Concentrador El Charrúa. En nuestro caso, estamos trabajando dentro de los parámetros estipulados, con productos de bandera verde. En materia de plaguicidas estamos bien controlados", explicó.
Actualmente, tanto para verduras como frutas, se utilizan productos agroquímicos que tienen distintas identificaciones. Hay plaguicidas denominados "banda roja", que están prohibidos por ser altamente tóxicos; le siguen banda amarilla, azul y así va bajando, hasta el verde, que manifiesta que está totalmente libre de materias que puedan hacer mal al organismo. Estos últimos son los utilizados por los productores hortícolas locales, según admitió Bevilacqua. "Son productos caros, de origen norteamericano, habilitados por Senasa", señaló.
Panorama local
De todos modos, acerca de lo que finalmente consumen los paranaenses, la producción hortícola local abarca zanahoria, lechuga repollada y común, acelga, espinaca, achicoria, rúcula, remolacha, perejil y, cada vez menos, tomates y pimientos. La oferta solo alcanza a cubrir entre 20% y 25% de la demanda.

"No podemos aseverar qué pasa con la producción que entra de otras provincias, tanto en verduras como frutas. Al no haber acá, hay que traer, y en estos momentos, las verduras de hojas llegan desde Santa Fe, y también proceden de Mar del Plata, La Plata, Mendoza y Salta. Cada cajón llega con su marbete, con su origen de empacado, y Senasa realiza estudios", señaló, aunque claro está, hay una imposibilidad de evaluar todos los productos que ingresan al mercado local.
La realidad es que hay muy poca producción local, remarcó Bevilacqua. Dijo que en los últimos 15 o 20 años se redujo casi a la mitad, tanto la cantidad de productores, como la superficie de producción. "El productor mediano y grande se fue cayendo, y el chico produce en pequeñas proporciones. Esto es así porque el grande necesita emplear gente, lo que achica el margen de rentabilidad, y sufre muchas cargas tributarias. Además, cuando uno deja de producir, inmediatamente esos terrenos se incorporan al ejido urbano. Hoy habría que irse a las afueras", citó, en referencia al área metropolitana que abarca Paraná, con sus ciudades satélites (Colonia Avellaneda, San Benito y Oro Verde).

"En el campo, con grandes superficies, la producción hortícola debería contrarrestar o convivir con las plantaciones de soja, pero puede resultar afectada", sostuvo al reflexionar acerca del estrangulamiento que atraviesa la producción hortícola.
En la actualidad hay casi una veintena de productores locales, con una superficie de producción calculada en cerca de 300 hectáreas.
Números
- 300 hectáreas alcanzan el parque hortícola de Paraná. El retroceso de la superficie cultivada es una tendencia irrefrenable, desde hace 15 o 20 años.
- 20 la cantidad de productores de la ciudad. Van desapareciendo aquellos medianos y grandes, y quedan chicos, con pequeñas superficies.
Problemática
La coordinadora de la cátedra, Miryam Gorban, sostuvo: "El objetivo es generar conciencia sobre la importancia de comer seguro y soberano. Este estudio demuestra que el uso de los agroquímicos no es un problema sólo de los pueblos fumigados o de los sectores rurales, sino de toda la población". Los resultados llegaron dos meses después de que Senasa informó que en operativos hechos entre 2011 y 2013 se detectaron partidas de frutas y verduras fumigadas con hasta 22 pesticidas: el 98% de las peras dieron positivo en 20 variedades de insecticidas/fungicidas, mientras que en mandarina y naranja fue en 92% y 84% de las muestras.
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