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Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia y denunció golpe de Estado

"Tengo la obligación de buscar la paz", dijo el mandatario boliviano al anunciar que deja el gobierno para intentar frenar la escalada de violencia desatada en su país.
El mandatario Evo Morales renunció este domingo a la presidencia de Bolivia y denunció un golpe de Estado cívico-policial luego de que tanto la oposición como las Fuerzas Armadas y la Policía le exigieran la dimisión. "Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos, dirigentes del Movimiento al Socialismo no continúen siendo perseguidos. Lamento mucho este golpe cívico y de algún sector de la Policía", sostuvo. La dimisión llega luego del incremento de la crisis a raíz de las protestas opositoras que comenzó en dicho país tras el resultado de las elecciones del 20 de octubre.

"He decidido esta renuncia para que (Carlos) Mesa y (Luis ) Camacho no sigan quemando la casa de gobernadores, de asambleístas, de concejales, para que Mesa y Camacho no sigan secuestrando y maltratando a familiares de nuestros dirigentes sindicales, ni sigan perjudicando a la gente más humilde", agregó Morales.
Menos de una hora antes, el Comandante en Jefe de Bolivia, Willimans Kaliman había pedido la renuncia de Morales haciendo referencia a la necesidad de velar por la seguridad nacional. "Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial", dijo.

"Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia", dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

"Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia", había declarado por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.

Asimismo, Kaliman anunció que ordenó "operaciones militares aéreas y terrestres para neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley", en aparente alusión a los violentos ataques a buses de manifestantes opositores que viajaban hacia La Paz.
También, los ministros de Minería, César Navarro, y de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el oficialista Víctor Borda, también presentaron su renuncia en medio de la crisis.

"Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hidrocarburos", escribió Sánchez en Twitter.

El ahora exministro acompañó su mensaje con una fotografía de la carta enviada al presidente Evo Morales en la que señala que la situación actual, "marcada por la confrontación y la violencia entre hermanos bolivianos, no es el camino" que conduzca a hallar una solución para pacificar al país.

"En este sentido, el curso de los acontecimientos va en contra de mis principios personales, así como de mis valores espirituales y democráticos, y me impiden, por tanto, continuar a la cabeza de la cartera de Estado que dirijo", manifestó Sánchez.

Por ello, resolvió renunciar de forma irrevocable al cargo, agradeció a Morales por la confianza que le tuvo para dirigir ese ministerio y pidió a Dios que ilumine al mandatario y a todos los actores políticos y sociales para que la paz retorne al país.
Por su parte, Borda confirmó su renuncia en contactos telefónicos con diversos canales privados de televisión en los que lamentó que su hermano habría sido tomado como rehén por una turba en la ciudad andina de Potosí, donde en esta jornada fueron incendiadas su casa y la del ministro Navarro.

Precisamente, el ahora ex ministro de Minería fue el primer funcionario en dimitir en esta jornada tras denunciar la quema de su vivienda y el intento de toma de la de su madre en Potosí.

"Es un hecho que no tiene explicación, cómo el discurso general de bronca, de odio está derivando en estos actos de violencia incontrolables", cuestionó Navarro., citado por la agencia de noticias EFE. En las últimas horas se han conocido también sendas renuncias de parlamentarios oficialistas, mayormente potosinos, mientras que ayer también dimitió un gobernador y dos alcaldes del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Asimismo, dirigentes del MAS denunciaron presión y amenazas de opositores para dimitir a sus cargos.

Los conflictos surgieron desde que el día después de los comicios comenzaron las sospechas de manipulación de votos para favorecer la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.

El órgano electoral dio vencedor al mandatario, pero la oposición y comités cívicos denuncian fraude a su favor, exigen su renuncia y nuevos comicios. La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó este domingo celebrar "otro proceso electoral" en Bolivia al evidenciar "irregularidades" que le impidieron validar la votación del pasado 20 de octubre.

Tras ese anuncio y previo a su renuncia, Morales convocó a nuevos comicios y adelantó cambios en los miembros del Tribunal Supremo Electoral.

Ayer hubo fuertes disturbios en regiones como Oruro, donde fueron quemadas las viviendas de la hermana del mandatario y del gobernador de ese departamento, Víctor Hugo Vázquez.

El mismo día resultaron heridas al menos 32 personas cuando fue atacada una caravana de mineros y universitarios, que desde las regiones de Potosí y Chuquisaca se dirígían a La Paz para sumarse a marchas de protesta contra Morales.

Las manifestaciones a favor y en contra del mandatario dejaron hasta el presente tres muertos y 384 heridos, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
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