
Pfizer dijo en las últimas semanas que espera producir 50 millones de dosis de su vacuna este año, lo que está por debajo de un objetivo anterior de 100 millones de dosis.
Según publicó el jueves el diario The Wall Street Journal, las dificultades se presentan por los desafíos en la cadena de suministros que enfrenta la farmacéutica.
La vacuna de Pfizer se basa en un régimen de dos dosis, es decir 50 millones de dosis son suficientes para inocular a 25 millones de personas. Una portavoz de la empresa dijo a The Wall Street Journal que "ampliar la escala de la cadena de suministro de material ha tardado más de lo esperado".

Pfizer solicitó en noviembre una autorización de emergencia para su vacuna para el COVID-19 a los reguladores de Estados Unidos. Funcionarios estadounidenses esperan que la vacuna obtenga la aprobación regulatoria este mes.
La aprobación de la vacuna de Pfizer en Gran Bretaña en tiempo récord enorgullece al gobierno pero preocupa a los científicos y reguladores del resto de la Unión Europea, que creen que se corre el riesgo de desacreditar la vacuna y la resistencia a darla por ser demasiado rápido su testeo. Para ellos no puede haber errores y se debe compartir la información para poder acelerar la vacuna, si es posible, y trabajar en conjunto.

Matt Hancock, el secretario de salud, dijo que sería vacunado en vivo por televisión para demostrar la seguridad de la vacuna. Lo imitaría el primer ministro, Boris Johnson.
La doctora Mahesfi Ramasamy, principal investigadora de la vacuna de Oxford, dijo que ella se aplicaría "la primera vacuna que me ofrezcan, aun si es de una empresa rival".
Ella espera "la aprobación de la vacuna Oxford Astrazeneca antes de fin de año".
Los científicos se encuentran bajo presión por los mercados financieros, que le exigen un comunicado periodístico sobre los avances. Ellos prefieren ofrecer a los reguladores su completa data para una aprobación y no una "aprobación de emergencia", como la que Gran Bretaña concedió a Pfizer.