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Alerta en Misiones por cruces a Brasil: Temen más casos de coronavirus

Mientras Brasil se acerca a las 100 mil muertes y los dos millones de casos de COVID-19, la preocupación crece entre las autoridades de la zona Nordeste de Misiones, fronteriza con ese país.
Mientras Brasil se acerca a las 100 mil muertes y los dos millones de casos de COVID-19, la preocupación crece entre las autoridades de la zona Nordeste de Misiones, fronteriza con ese país y donde la cantidad de pasos clandestinos se torna incontrolable, debido al constante flujo de personas que cruzan de un lado al otro del río San Antonio.

Es el caso de Comandante Andresito, donde hace poco más de una semana se registraron dos de los últimos casos positivos de coronavirus en la provincia y donde actualmente hay más de 20 familias en cuarentena total, según precisó el intendente local, Bruno Beck.

"Las personas infectadas están perfectamente bien atendidas por Salud Pública, pero seguimos con la misma preocupación de siempre, que es la cantidad de gente que va al Brasil a través de los pasos no habilitados", explicó ayer en declaraciones a Radio República.

Es que -describió Beck- "la frontera hoy está re caliente. Habrán escuchado al intendente de San Antonio (Fausto Rojas) que también está muy preocupado, teniendo en cuenta que mucha gente trae mercadería para la reventa y la verdad es que es casi imposible controlar cuando usted tiene más de 35 kilómetros de frontera con el río San Antonio, que es un arroyo muy angosto, donde tenemos muchas chacras con masa boscosa y la mayoría de ellas tienen su propio paso fronterizo clandestino, y no están dadas las condiciones en cuanto a recursos humanos y vehículos para hacer un trabajo eficiente, porque está muy reducido el número de agentes de Gendarmería y de la Policía ni hablar: hace unos tres meses tuvimos un incidente acá con personal de Infantería de Andresito, fueron pasados a disponibilidad siete agentes y nunca fueron repuestos", recordó.

También planteó que "nuestro gobernador pidió ayuda al ministro de Defensa de la Nación para que el Ejército nos ayude. Hoy el Ejército está en condiciones de dar una mano, podría tranquilamente estar trabajando en la frontera colaborando con las fuerzas. Solamente con su presencia ya sería importante, porque la gente va a ver que esto va en serio", opinó.
"Fallando como Estado"
Pero la principal inquietud de Beck tiene que ver con la "gravísima falta de conciencia de la gente, que cree que no le va a llegar el virus y cruza de todos modos. Realmente tenemos un problema con aquellas personas que tienen doble nacionalidad y cobran la jubilación del otro lado, y por supuesto de paso traen mercaderías. También tenemos problemas con comerciantes que traen mercadería desde San Antonio, por la ruta 101, para revender acá".

"Por supuesto que desde la Municipalidad hacemos el decomiso de todas estas cosas, pero una cosa es decomisar lo que está en la góndola, en exhibición para la gente, pero aquí las cosas prohibidas para la venta los comerciantes las tienen guardadas en sus casas, entonces no podemos nosotros entrar a la casa para hacer el decomiso, así que también hay problemas legales que nos impiden hacer un buen trabajo", lamentó.

El intendente de Andresito planteó en ese sentido que "como Estado estamos fallando muchísimo en poder sancionar a quienes no cumplen con los requisitos y la cuarentena. En este momento no hay una aplicación de una sanción rápida como para que la gente vea que esto no es una joda, sino que va en serio. No es cuestión de firmar un papelito y que no haya una sanción jamás, tiene que ser algo inmediato para que la comunidad vea qué es lo que está pasando" insistió.

Es que "el grueso de la población se cuida muchísimo, pero cuando se transgrede y no se hace nada porque nos faltan elementos concretos para poder sancionar, es como que se nos va de las manos la situación", sentenció.
Frontera seca
Días atrás, el intendente de San Antonio, Fausto Rojas, ya había planteado una preocupación similar a la FM 89.3 Santa María de las Misiones:

"Nos preocupa los pasos clandestinos. Esperemos que la población haga todo lo posible y que la enfermedad se quede del otro lado", planteó, aunque por la particular relación que existe entre los habitantes de uno y otro lado, "hay muchos trabajadores argentinos que tienen su fuente laboral en el lado brasileño y también muchos brasileños quedaron del lado argentino". Esto genera que "uno no sabe quiénes son, porque pasan de manera clandestina. Es lamentable, pero no hay cómo controlar".

Por eso en su momento se solicitó al Gobierno nacional un refuerzo de las fuerzas federales para una vigilancia más exhaustiva en la zona de frontera seca con Brasil, que incluye cerca de 15 kilómetros y que afecta tanto a San Antonio como a la vecina Bernardo de Irigoyen.

Hasta el momento, y en un contexto de creciente impacto del COVID-19 en el área donde se toman las decisiones del país, esos pedidos desde el extremo nororiental no fueron atendidos.
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