Internacionales Primer caso

Coronavirus: Dio positivo un cura que vive en la residencia donde está el Papa

El fatídico coronavirus ingresó a la residencia de Santa Marta, el hotel para eclesiásticos del Vaticano donde vive el Papa. Resultó positivo al virus el cura italiano Gianluca Pezzoli, jefe de la sección italiana de la Secretaría de Estado
El fatídico coronavirus ingresó a la residencia de Santa Marta, el hotel para eclesiásticos del Vaticano donde vive el Papa. Resultó positivo al virus el cura italiano Gianluca Pezzoli, jefe de la sección italiana de la Secretaría de Estado, que también se aloja en este lugar y que se encuentra ahora internado en un hospital de Roma, tal como pudo confirmar LA NACION de buenas fuentes.

El Vaticano ya había informado de la existencia de otros cuatro casos de funcionarios del pequeño Estado que habían resultado positivos. Un primer caso, revelado el 6 de marzo, tenía que ver con un monseñor de Bérgamo, la ciudad más golpeada por el Covid-19. A él se le sumaron otros tres: dos funcionarios de los Museos Vaticanos y un empleado de la Oficina de Mercaderías, según anunció ayer el vocero de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, que no confirmó al momento el nuevo caso, que sería el quinto y el más alarmante porque se trata de alguien que vive bajo el mismo techo del Pontífice, de 83 años.

Pezzoli, de 58 años, se encuentra ahora internado en la terapia intensiva del hospital Columbus, abierto especialmente para enfrentar el Covid-19 por el hospital Gemelli, según pudo saber LA NACION.

"Nacido en Mantova en 1962, lo describen como un gran trabajador, una persona reservada y sobria, ciertamente no un monseñor mundano, que vive en Santa Marta. Es muy probable que se haya contaigado en el sero de los muros del Vaticano", escribió en su blog el vaticanista italiano Marco Tosatti.

"Su rol como jefe de la sección italiana, la más numerosa de la Secretaría de Estado, hace probable que hasta que no se haya manifestado la enfermedad haya tenido contactos con muchas personas y, en consecuencia, pueda haber sido difusor del contagio", agregó.

Como no podía ser de otra manera, el hecho de que Pezzoli viva en Santa Marta hizo crecer la preocupación por un posible contagio del virus al Papa, que tiene 83 años y que a los 21 años tuvo una neumonía muy grave por la que le extirparon un pequeño lóbulo del pulmón derecho.

No obstante, LA NACION pudo saber que no hay demasiada preocupación en su entorno porque desde hace algunas semanas el exarzobispo de Buenos Aires, debido a un resfrío que le impidió participar de un retiro de Cuaresma, del que se recuperó, ya no baja al comedor de la planta baja de Santa Marta para comer. Lo hace en la suite en la que vive, en el segundo piso, que cuenta con un cuarto, un baño, un escritorio y un pequeño estar.

El Papa sale de allí todas las mañanas para celebrar, en directa vía streaming, la misa matutina, en la capilla que también hay en la planta baja y para ir hasta el Palacio Apostólico, donde tiene audiencias y donde hoy presidió desde la Biblioteca del Palacio Apostólica, la audiencia general de los miércoles, por streaming.

Desde allí el Papa también protagonizó este mediodía una oración del Padre Nuestro a la que convocó a todos los cristianos, siempre en directa vía streaming, en virtud de las restricciones vigentes. "En este momento queremos implorar misericordia para la humanidad duramente probada por la pandemia de coronavirus. Y lo hacemos juntos, cristianos de cada Iglesia y comunidad, de toda edad, lengua y nación", dijo. "Rezamos por los enfermos, sus familias, por los operadores sanitarios y quienes los ayudan, por las autoridades, las fuerzas del orden y los voluntarios y los ministros de nuestras comunidades", añadió, pasando luego a recitar el Padre Nuestro en latín, mirando una imagen de la Sagrada Familia.

Debido a la emergencia por el Coronavirus el Vaticano se encuentra semi-paralizado. Decidió suspender temporalmente la publicación de la edición en papel de L'Osservatore Romano - diario del Papa, que es una suerte de boletín oficial-, para limitar lo más posible el trabajo de sus empleados.

Según Franca Giansoldati, vaticanista del diario Il Messaggero, el Vaticano estaría a un paso del lock-down, "la peor hipótesis que el Pontífice había intentado evitar desde el inicio de la pandemia". Dedujo que es obligada ahora una cuarantena y, además, medidas para la sanifiación tanto de Santa Marta como del Palacio Apostólico y de la Secretaría de Estado.
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