Por último, Borrelli hizo un llamamiento para que los habitantes del país sigan donando sangre, ya que "es fundamental para salvar vidas" en esta emergencia. Además de la extensión de la cuarentena a todo el país, entre las medidas implementadas por el Ejecutivo italianao se encuentra el cierre de todos los negocios a excepción de aquellos que ofrecen servicios esenciales, como supermercados y farmacias. La situación es particularmente visible en Roma, la ciudad con mayor turismo de la nación, que actualmente se encuentra semidesierta.
"Si todo va bien, la normalidad volverá en el verano", expresó al respecto Walter Ricciardi, funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y asesor técnico del ministerio de Salud italiano. Los negocios de la ciudad ícono del turismo en el país esperan que así sea. En especial cuando gran parte de los contratos laborales del rubro son en negro y con el cierre masivo muchos negocios aprovechan para no pagar los días de cierre a los trabajadores no registrados.
"Estoy cercana a los que han perdido un trabajo en negro", declaró el miércoles por la noche la alcaldesa de Roma Virginia Raggi, consciente de una situación que afecta principalmente a dos sectores ya golpeados por los índices de desocupación, como son jóvenes e inmigrantes. A partir del viernes, Roma frenará las operaciones en uno de sus dos aeropuertos, Ciampino, y desde el martes el de Fiumicino cerrará de forma temporaria la Terminal 1, dedicada a vuelos europeos. Así, centralizará las operaciones en la Terminal 3, según anunció un comunicado de la empresa concesionaria.
En tanto, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, confirmó en la noche del miércoles que el país permanecerá en una cuarentena al menos por "un par de semanas más".